miércoles, 27 de julio de 2011

Esa privilegiada.





Mira hacia allá, con sus ojitos negros hacia un rincón de Patria.Suyo, todo para jugar.


En brazos de Eva y en iluminada de Juan.Despierta dice que no quiere despertar.


La escuela y el juguete, el vestidito y la casa de papá obrero y de mamá trabajadora.


El barrio que espera los Reyes que vienen, seguro vienen después del brindis de Navidad.


Y el mar que la moja de pies a cabeza, de alma a corazón.


Y la Fundación y las muñecas, y el guardapolvo y el libro donde Perón la ama y Evita santa la acuna.Y la inocencia de cada mañana, y el vaso de leche.


La dignidad de ser privilegiada "porque los niños son los únicos que no utilizan ese privilegio en contra de nadie."


Ella, la única entre los únicos, en brazos del futuro que vuelve a marchar.


Y la sal de la vida en sus palabras y consignas de adolescente.Y su pasión de mujer que no olvida esos brazos.


Y cuenta y le cuenta a sus hijos y a sus nietas, que hubo una vez que vuelve siempre vuelve a pesar de...


Mira, adentra sus ojitos en el silencio y escucha esa sonrisa atronadora, mientras siente ese calor que envuelve su cuerpito hasta hoy.


Será por eso que anoche llevaba la antorcha con la mano tersa y suave.


Firme y militante. Heredera de ese rincón de Patria, para sus hijos y nietas.


Orgullosa y memoriosa, Descamisada va.

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