viernes, 27 de enero de 2012

Una de piratas.

Se acabó la patente de corso
Los corsarios tuvieron patente de corso hasta principios del siglo XIX. Con esa patente muchos agrandaron su imperio y sus riquezas traficando esclavos, cazándolos en el África y trayéndolos a América del Sur y del Norte así como al Caribe.
Por Ana Jaramillo (*) / La simpatía que provocan los piratas y corsarios en las películas no muestran el horror que cometieron asolando no sólo las naves “enemigas” sino cazando africanos y vendiéndolos como esclavos en América. No eran Robin Hood, no le sacaban a los ricos para darle a los pobres ni protegían a los débiles.
La copiosa literatura histórica sobre el tráfico de esclavos hacia el “Nuevo Continente” nos habla de la preeminencia de los británicos en la trata de esclavos.
En el libro “The volume and structure of the transatlantic slave trade” (El volumen y la estructura del tráfico transatlántico de esclavos) de David Eltis publicado por la editorial Cambridge University Press, se nos brinda la alarmante cifra de 9.556.000 esclavos traídos hacia América entre 1451 y 1866.
Para este investigador durante los primeros 139 años los portugueses dominaban el tráfico de esclavos, pero después de 1651 los británicos predominaron en este vil negocio hasta que llegó a su fin a principios del siglo XIX. Siete de cada diez viajes que embarcaron esclavos fueron realizados por británicos y portugueses.
Entre 1451 y 1600 se trajeron doscientos cincuenta mil esclavos, entre 1601 y el 1700, un millón trescientos mil, entre 1701 y 1811 seis millones de esclavos fueron trasladados y entre 1811 y 1870 otro dos millones.
En su libro, Eltis nos muestra las cifras del tráfico por país en miles, mostrando la supremacía de Gran Bretaña en el tráfico total de esclavos representando el 49. 55% de la historia de la ignominia .
Es increíble ver que quienes hasta el siglo XIX se dedicaron a enriquecerse vendiendo pueblos enteros y esclavizándolos con su venta, ahora nos hablen de autodeterminación de los pueblos. Ellos tuvieron derechos exclusivos para traficar entre África y las colonias inglesas hasta que se generalizaron sus derechos y desembarcaron el 29 % en la América inglesa y el Caribe y el 41% en Brasil. Entre 9 y 11 millones de personas según los distintos investigadores fueron cazadas y vendidas por los británicos durante los 300 años que duró su supremacía.
Ahora, pueblos enteros huyen de África hacia Europa escapando de la pobreza y son rechazados en forma permanente si no murieron en el intento en pequeñas barcazas.
Les tendremos que recordar a los británicos que se les acabó la patente de corso, que no busquen enriquecerse “offshore”, y que tampoco pueden ya piratear buques españoles que depredaron de oro y plata a Nuestra América a sangre y fuego, con la Cruz y la espada al decir de Rodolfo Puiggrós.
Nuestros puertos han acordado que a los corsarios no les dan patente ni amarra para saquear nuestras riquezas en Malvinas. Nuestra Islas son Nuestra América.
(*) La autora es rectora de la Universidad Nacional de Lanús.
Fuente: apegeba

Prof GB

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