viernes, 17 de febrero de 2012

Rosas, y el Imperio Británico.

El 28 de junio del año 1841, los torys colocaban en el Foreign Office a lord Aberdeen.
En agosto del año 1842 culminaba con el tratado de Nanking la guerra del opio, tras la cual China permitió la venta libre de esa droga en su territorio, se hizo cargo de los gasto de guerra, cedió Hon Kong y factorías en Shangai, Cantón, y otros puertos, al tiempo que entregó sus mercados a tejedurías británicas.

Este hecho aparentemente etéreo y difuso, oculto tras una cortina de humo, de opio posiblemente,tuvo mucho que ver con un documento, encargado por Aberdeen sobre el comercio británico,que se firmó en 1841.

En el mismo se sugerían las posibilidades británicas en Montevideo, refiriéndose a la alternativa de apoyar un tratado con una fuerza de "socorro" destinada a defender una posible intervención extranjera.
Poco después el titular del F.O. reclamaba el levantamiento de las medidas que interrumpían la libre navegación de los ríos interiores argentinos.

La respuesta de Rosas fue elocuente: "Mi partido se compone de gentes capaces de llevar armas; una guerrera y poderosa raza. No hay aristocracia en el país donde pueda apoyarse un gobierno; la opinión pública y las masas gobiernan."


Fuente Revista El Porteño, año 1982.

Prof GB

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