martes, 27 de noviembre de 2012

“Los lock out a Yrigoyen son muy parecidos a las operaciones del 2008”

Segunda parte de la entrevista con María Ester Rapalo, donde intentamos pensar el aprendizaje que significó para las clases propietarias la experiencia de la Asociación del Trabajo, en sus futuros enfrentamientos contra gobiernos populares.
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El fascismo italiano como modelo
APU (Por Juan Ciucci): Me interesaba también lo que va a pasar después, porque es difícil el rastreo que remarcas de esa voluntad de poder ejercer su voluntad en el marco social con el apoyo del Estado. Y la valoración positiva que se hacía del fascismo italiano, en el marco de la utilización de la violencia.

María Ester Rapalo: Ellos sacan muchísima información sobre el fascismo, tenían una revista que se llamaba La Concordia que salía tres veces por semana y tenían una página destinada a las actividades del fascismo italiano, a las agresiones, a golpes a diputados. En un artículo sale que le habían dado una golpiza a Gramsci, obviamente los ataques a las instituciones socialistas, a los sindicatos. Ellos usan eso para amedrentar a los trabajadores, porque les están diciendo que van a hacer lo mismo y lo están haciendo.
Les dicen que lo que está haciendo el fascismo es una medida ejemplificadora para todos los países. En el año ´22, cuando dejan de sacar La Concordia y logran debilitar al movimiento obrero con apoyo del gobierno, dicen: “Estos desequilibrados no aprenden nunca, sólo aprenden a palos”, -se referían a los trabajadores-, reivindicando la violencia fascista y la propia.

Eso en cuanto al régimen, Mussolini asume en 1922. La alianza formal, concreta con las patronales se da en el año ´25, la alianza existía pero a partir de ese año las patronales intervienen en la redacción de la nueva legislación. Mussolini se pone de acuerdo con las más importantes patronales, FIAT, Pirrelli, El Banco de Italia, para decretar la disolución de los partidos políticos, de los sindicatos, para prohibir la huelga. Ese es el salto dictatorial que pega el régimen y a partir de ese momento, la corporación de los empresarios italianos más importantes que era la Confederación General de la Industria Italiana. Era la guía porque la AT saca los discursos de Baily que era el presidente.

A partir de ese momento la corporación se incorpora al gobierno y cogobierna con el poder del partido, de la fuerza de choque, que ya han sido estatizadas. Para la patronal argentina, eso es lo ideal, porque ellos no se ocupan del fascismo, las manifestaciones, eso no aparece. Ellos hacen un recorte muy claro a lo que es, cómo se beneficia la clase propietaria, o sea, los capitalistas durante este régimen pero ya cogobernando y asumiendo la representación de toda la clase que es lo que logra la Confederación General de la Industria Italiana que ahora se le va a agregar el término fascista.

Ellos monopolizan la representación patronal y los sindicatos fascistas la representación obrera. Sindicatos que se crean a costa de la disolución de los otros que ya se habían creado previamente pero son los únicos que tienen representación. Se arma esto que se llamó Estado corporativista que a las patronales no les gusta, ni a las italianas, ni a las argentinas porque puede limitar la autonomía como clase. Mussolini mismo larga la Carta del Pueblo y eso queda prácticamente en la nada. Yo lo sigo hasta fines del ´29, que es cuando ellos sacan las publicaciones y efectivamente recortan eso.
Es lo ideal para ellos, cogobernar pero mantener la autonomía como organización patronal para a su vez, poder ejercer presión sobre el gobierno. Es muy interesante, el recorte que hacen ellos, me ayudó muchísimo a entender al fascismo.
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APU: Marcás también que la AT empieza como a perder sentido a partir del golpe del 30.

MR: Ellos se debilitan a partir del logrado debilitamiento del movimiento obrero. A partir de que Yrigoyen da vía libre en el puerto de Buenos Aires, de que reprime de golpe, tanto a los sindicatos en los que se había apoyado como al resto.
APU: ¿A partir de qué año?

MR: Esto es a mediados del año ´19, a fines de mayo. Relato ahí las presiones sobre Yrigoyen amenazando, desde principios de Mayo, con bloquear todos los puertos del país y dejarlo aislado. Yrigoyen resiste, incluso cierra el puerto de Buenos Aires por varios días mientras decide qué hacer. Incluso pretende que los trabajadores modifiquen ciertas actitudes, lo logra pero la patronal dice: “No nos importa, queremos que dé marcha atrás en esta protección que da a los sindicatos del puerto, queremos libertad total para contratar, despedir e imponer nuestra voluntad” e Yrigoyen, finalmente, lo concede el 23 de mayo.

Se organizan huelgas y cuando se está programando la huelga general, se hace una redada contra los dirigentes que estaban en asambleas y los mandan a Martín García. Una represión fuerte, básicamente con encarcelamientos. Los que mataban en ese momento eran los de la Liga Patriótica que tenían libertad en el Puerto.

Manuel Carles que era el presidente elegido por la patronal, comandaba los bomberos en La Boca, la policía, de esto hay muchos relatos y en La Nación está clarísimo. A partir de ese momento, los sindicatos se debilitan porque pierden el apoyo de los marítimos que boicoteaban a otros empresarios y efectivamente, va perdiendo fuerza porque, a su vez, no tienen contra quién resistir fuertemente pero igual, hay sindicatos industriales importantes. En el año ´29 pierden fuerza porque se van las corporaciones inglesas más importantes: transporte, importadores de carbón y los exportadores de cereal que son parte de la columna vertebral de la patronal por la cuestión de los puertos que les interesaba especialmente.

Ya producido el golpe, efectivamente, no tienen razón de ser porque Uriburu realiza la tarea, es decir, ataca los sindicatos, ataca las huelgas, encarcela, como sabemos, es una represión fuerte. Deportaciones, fusilamientos. Así y todo, ellos, en sus memorias publicadas en el año 32, alientan a no claudicar y dicen: “Ojo que está volviendo, la gente que han deportado, que se están reorganizando los sindicatos en el puerto”, es decir que operan como grupo de presión pese a que tenían “su” gobierno.

Prensa militante
APU: ¿Nos puede comentar qué fue la revista La Concordia? ¿Cuál era la intención y cómo funcionaba?

MR: Esta publicación llamada La Concordia, que empiezan a sacar a mediados del ´19, es una experiencia rarísima, porque está dirigida a los obreros y empleados, con un programa de ultra derecha. Es decir, contra las libertades públicas, contra la educación pública, por ser laica gratuita y obligatoria, contra los sindicatos, obviamente contra el programa liberal, incluso, contra el programa de los 80, contra el voto universal. Los que no aparecen, porque acá los que redactan y dirigen esta publicación son ideólogos del campo católico, con jóvenes de la nueva promoción de católicos, como Atilio Dell’Oro Maine, Samuel Medrano, Miguel Camino, García Elorrio, padre de quien dirigiría Cristianismo y Revolución. Son nacionalistas de ultra derecha, católicos. El programa antisemita, por ejemplo, y abiertamente antidemocrático no lo vuelcan acá, porque el objetivo de la AT es unificar a toda la patronal y, como en todos los países había un número de empresarios de origen judío muy importante, buscan no irritar pero lanzan todo este programa sin el discurso católico, sino como programa, es decir, modificar esto, acabar con la inmigración abierta, libre. Hay que controlar desde los países de origen, venir con los inmigrantes para ver que es lo que piensan y hacer limpieza a la llegada a Argentina.

Lo  insólito es que mandan este discurso a los trabajadores, los empresarios hacían listas de los empleados a los que había que mandarle gratuitamente La Concordia, era medio absurdo. Creo que pensaban, cómo católicos que son, que van a convertirlos, pero lleva mucho tiempo la conversión. Ellos reforzaban este discurso doctrinario mediante ficciones, mediante cuentitos -por ejemplo, García Elorrio es uno de los redactores- donde invertían la realidad. Es decir, un relato entre dos trabajadores en el que el solidario es el que no forma parte de los sindicatos y el resentido incapaz de generar solidaridad, es el anarquista. Es casi burdo lo que hacen. Dicen que los sindicatos son los que explotan a los obreros porque los obligan a pagar una cuota sindical. Cuando hablan de Italia dicen lo mismo ¿Quiénes explotan a los trabajadores? Los socialistas que además formaron maestros para incentivar el odio de clase pero mientras tanto los empobrecen, es exactamente la inversión.
APU: ¿El estilo es popular?

MR: Un estilo más bien vulgar, muy agresivo porque llaman a liquidar directamente, llaman a liquidar a dirigentes obreros, a militantes, a diputados, a periodistas. Hay un artículo que se llama, algo así como, “Para acabar con la marea roja” en donde dicen, hay que arrojar de los sindicatos, de la prensa, de las escuelas, a los pervertidos. Llaman al comportamiento fascista, a la agresión directa. A la violencia directa que era lo típico del comportamiento fascista, “El Manifiesto Comunista” lo conocían bien. Dell’Oro Maine les había armado una biblioteca para que los patrones fueran a leer a Marx, Proudon.

En La Concordia aparecía un gran cartel que decía: “Proletarios Unidos Contra las Sociedades de Resistencia”, por eso te digo, no tuvo éxito pero pudieron difundir a través de 30 mil ejemplares, ese discurso y darle trabajo a todo este grupo ideológico. Es contradictorio esto de mandar a los obreros un discurso donde  les están diciendo que los van a reventar. Los están amenazando pero a su vez quieren que adopten la ideología de sumisión de trabajo al Capital.

Como trabajé otras revistas del campo católico, incluso, político literarias, me encuentro siempre con lo mismo que es, que la burguesía le financia las publicaciones y las organizaciones, como los cursos de cultura católica. Una vez que promovieron la agitación, que han bajado línea política, a su vez eso se reproduce. Imaginate que la revista Criterio que empiezan a sacar en el ´28, directamente llamando al golpe, se reproducen en las parroquias, en la acción católica. Ahora, la patronal la deja de financiar después del golpe y queda en manos de la iglesia católica, empobrecida porque ya no tiene firmas nacionales ni internacionales importantes.
Disponían de mucho dinero estos grupos de ultra derecha a partir de la patronal y La Concordia la dejan de sacar en el ´22. Pero hay un grupo que se rebela, y la sigue sacando pero no se sabe quiénes son, no ponen nombres. Piden a la patronal que les envíen financiamiento, duran un mes. Digamos que ya estaba hecho el trabajo.
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APU: ¿Cómo pensar toda esta experiencia en el marco de lo que pasó después con ciertos espacios democráticos que empezaron a poner límites a los intereses patronales? Pensando en el ´45, y más adelante, los enfrentamientos de esta clase con los gobiernos populares.

MR: Es una formación teórica que el poder económico utiliza, su poder de manera política, para presionar a gobiernos democráticos o populares, es decir, a gobiernos que han demostrado una relativa autonomía con respecto a los intereses o a los deseos de la clase propietaria.
En función de este marco uno puede ver cómo han ido operando con respecto a gobiernos que no se sometían o que pretendían mantener relativa autonomía. Todos sabemos que fue el caso de Perón, de Illia, de Alfonsín y obviamente los Kirchner. Los lock out que le hicieron a Yrigoyen son muy parecidos a las operaciones del 2008 que fueron lock out, cortes de ruta, desabastecimiento de la población. Son medidas que trasladadas a la actualidad, no paralizarán puertos pero paralizan rutas.

Esto lo podés ver en México, la resistencia al gobierno de Cárdenas, hay trabajos muy buenos sobre estos temas pero no en la Argentina. No en la Argentina visto desde la clase propietaria, que creo que es lo que efectivamente falta trabajar. A mí me preguntan mucho más sobre el gobierno de Yrigoyen en este trabajo. Me dije, arranco con la clase propietaria a ver qué pasa, porque no se sabía todo esto, cuan coordinada era la ofensiva, los aparatos que habían creado y demás.
La caracterización del gobierno de Yrigoyen la puedo hacer a partir de las contradicciones, a partir de la pasividad, es una cosa muy difícil de explicar o de entender por qué permitió esa violencia patronal de la Liga Patriótica. Porque cuando uno trabaja en las provincias donde había gobernadores anti yrigoyenistas, más bien conservadores radicales, uno piensa, se entiende esta alianza con la patronal, esto de favorecer a la represión. El asunto es, cuando uno ve los territorios nacionales que estaban bajo el gobierno del Poder Ejecutivo, te encontrás con situaciones de libertad total de la patronal, por ejemplo, en el Chaco, donde organizan una fuerza de mil parapoliciales y realmente realizan matanzas, humillaciones, traslado de familias enteras de trabajadores a la selva, esto lo ves en Misiones también.

Otra cosa que se ve muy bien acá es la alianza, o la convivencia o la identificación entre el Poder Judicial y clase propietaria, es impresionante y lo ves volviendo a los territorios nacionales en la Patagonia, hay que ver todo el proceso. El gobernador que nombra Yrigoyen logra que las patronales firmen un laudo, un acuerdo con los peones rurales y los representantes de la patronal, después deciden desconocer ese laudo. Por eso es la segunda huelga.

Ahí, de nuevo convocan a Varela y se desata esta represión, en que me interesa marcar cómo se establece la complicidad patronal porque el ejército que venía de Buenos Aires es como un ejército de ocupación, no conoce a los dirigentes ni a los militantes más importantes. Entonces las patronales, los propietarios, el personal jerárquico, los administradores de las empresas son los que señalan, en primera instancia, a la gente que debían fusilar, sobre todo en los pueblos. Esto está documentado, el personal jerárquico de “La Anónima” que era de la familia Browning Méndez, ya en las estancias, los conminaban a rendirse y les hacían cavar sus fosas, los dejaban una noche entera desnudos al aire libre, los fusilaban, una serie de actitudes que van a ser de promoción de la violencia directa.
Fueron algo así como actos de venganza, básicamente las humillaciones y un dato que es muy importante es que hay 1500 fusilados registrados, 1500 trabajadores y un solo muerto del lado de las FF.AA. e incluso de la Liga Patriótica. Es decir que los trabajadores de la Patagonia no mataban. Tomaban rehenes porque los estaban persiguiendo y necesitaban alimentarse, entonces se apropiaban de vacas y entregaban vales a ser pagados luego por la organización obrera. Era una moral muy distinta.

No sólo la Patagonia sino otras represiones dan peculiaridad a este período, es decir, no todos los gobiernos populares terminaron masacrando. Hay que estudiar caso por caso pero uno sabe teóricamente, a través del estudio de casos –la bibliografía marxista es bastante abundante al respecto- que cuando la economía está en manos de particulares, de privados, siempre va a ser una fuerza fundamental para presionar y poner límites a los gobiernos democráticos.
Primera parte de la entrevista: “Tenían la pretensión de que el mundo del trabajo les pertenecía”

AGENCIA PACO URONDO
GB

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