miércoles, 30 de enero de 2013

ESPAÑA SE DESANGRA Y`POR AQUI LOS NEOLIBERALES OPINAN, NO MAURIZIO, CAVALLO AND CO.?


Por mu

Economía

30 ENE 2013 13:48h

Crisis en Europa

Tras dos años de pronósticos fallidos, Europa sigue pidiendo ajustes

La Comisión Europea esperaba que España creciera 1,5% en 2012, tras recortar 40.000 millones de euros en el gasto público. Sin embargo la economía se achicó 1,37% y hay 6 millones de desocupados.

PorIdafe Martín
Bruselascho que reconfiguren la calculadora, a la Comisión Europea no le salen las cuentas de los ajustes. En febrero de 2011, el finlandés Olli Rehn, comisario de Asuntos Económicos del ejecutivo comunitario, presentaba en Bruselas las previsiones económicas del bloque para 2011 y 2012. Según aquel cuento, Europa iba camino de recuperar su crecimiento potencial, la salida de la crisis era clara y todo volvía a la normalidad.
Pero los números son tercos y la realidad, dos años después, cuenta otra historia. Como demuestra el caso de España, paradigma de una economía débil que empeoró con los ajustes, es una historia más triste.
El informe de Rehn decía que, gracias a los ajustes, la economía española lograría un ajuste fiscal inédito en la historia económica moderna: pasar del déficit público de 9,2% que registraba a fines de 2010; a uno de 5,3%, para fines de 2012.
La tesis del equipo del comisario era que España podía ajustar cuatro puntos de su economía -unos 40.000 millones de euros- y a la vez dar un salto en su crecimiento. En sus previsiones, pasaría de la mejora mínima de 0,1% que registró el PBI en 2010 a una evolución de 1,5% para fines de 2012, con una tasa de desocupación de 20,2%.
El problema es que sus números se basaban exclusivamente en la teoría económica -preponderante en los centros de decisión europeos- de la "consolidación fiscal expansiva". Según esa teoría, los ajustes generan confianza, la confianza atrae a los inversores y con los inversores llegan el crecimiento y el empleo. Una apuesta al optimismo que se jugó con las esperanzas de millones de desocupados.
Los datos reales desmintieron las tesis de la Comisión. España cerró 2012 con una caída de 0,7% en el PBI del último trimestre y de 1,37% para todo el año. El 2013 sería aún peor: según el FMI, la economía se contraerá 1,5%. Ni en Madrid ni en Bruselas, nadie cree que el déficit público -incluyendo la recapitalización bancaria- descienda del 8%. Y el desempleo ya pasa del 26%: 6 millones de personas que buscan trabajo y no lo encuentran.
Los números de Rehn no tenían sostén ninguno. Previsiblemente tampoco los tendrán los que la Comisión Europea presentará en febrero como previsiones económicas para 2013 y 2014.
Pese a la evidencia de que los ajustes están hundiendo al país, Bruselas sigue con su arenga: cada país puede buscar su camino, pero el objetivo por encima de cualquier otro sigue siendo la reducción del déficit fiscal.

El caso de España es una muestra de lo que está pasando en la inmensa mayoría de los países del bloque, en una situación económica mucho peor que la prevista por los funcionarios del ejecutivo comunitario. En 2010 dijeron que en dos años la locomotora alemana estaría creciendo al 1,9% (en realidad está en recesión) y que Grecia tendría tasas positivas de actividad económica.
Bruselas se inventó aquellos números por varias razones, todas inconfesables. Tenía que justificar que su receta de ajustes funcionaba, tenía que intentar tranquilizar a los mercados financieros y tenía que vender como técnicas las exigencias morales y políticas que Berlín le imponía.

La Comisión incluyó imaginación en sus números y España parece que va a devolverle con la misma moneda. Bruselas esperaba que Madrid cerrase 2012 con un déficit público de 6,3%. Todos los pronósticos hablan de que el déficit real superará el 8% a pesar de los esfuerzos de contabilidad creativa que se han empleado en minimizar esa cifra. Para calcularla, se han imputado a 2012 ingresos fiscales que corresponderían a 2013 y se han pasado a 2013 gastos fiscales que podrían ser de 2012.

Las esperanzas están puestas ahora en que Berlín acepte dar un giro tras las elecciones alemanas de septiembre. ¿Y a largo plazo? Como decía el economista John Maynard Keynes, todos muertos.

GB

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