domingo, 27 de octubre de 2013

Casero, el pollo y el mono Por Carlos Barragán ZAPATOS

Jorge Lanata en algún tramo de sus largos chamuyos en la radio aseguró sobre el video de Cabandié “obvio que es una operación política”. Alguna vez se le escapará “obvio que soy un operador político”. Pero seguramente nunca admita que es un mersa. Si bien uno ya asumió que Lanata es un operador medio irracional y demasiado audaz como lo fue siempre, lo que sigue llamando la atención es el caso del zapatero. Lanata contándole al tipo que iba a ser la falsa víctima de una falsa cámara oculta cómo había extorsionado a un negocio de zapatos utilizando el aire de radio Mitre. Al tipo que venía a tirar una bomba de corrupción que podía llevarse puesto al gobierno, Lanata le cuenta muy jocoso sus andanzas de mafioso de la cuadra. Y así fue. Lanata por unos pares de zapatos utilizó todo el aparataje puesto a su disposición por Clarín para extorsionar, acusar y defenestrar a una zapatería que no quiso regalarle zapatos. Esa es la muestra de lo bajo que cayó, no Lanata que lo demuestra por otros medios, sino la empresa periodística que lo contrata. Ningún gerente en su sana dignidad empresarial soportaría bajo ninguna circunstancia que por unos zapatos se utilice el aire de una radio de primera línea para jactarse de semejante miseria. FA CHA CHA Alfredo Casero quiere pasar a la clandestinidad para seguir gritando sus verdades que se pueden resumir así: yo no soy menos que nadie, los jóvenes militantes del oficialismo son ingenuos engañados, y aquí hubo dos demonios y uno está vivo y gobierna sembrando violencia. Para la primera idea no hay refutación razonable. La segunda me retrotrae a mi escuela secundaria, cuando la etiqueta de “idiota útil” era colocada sobre la militancia política de la época por los militares en el gobierno. Igual que Casero decían: a los jóvenes les llenan la cabeza de mentiras para que ellos –su jefes que son corruptos- puedan continuar con la “disolución” de la nación. La otra idea, la del peronismo como culpable de toda violencia en la Argentina se puede ver con claridad en aquel editorial del diario La Nación del 2 de septiembre de este año, donde se decía que en el 55 “se cayó” el gobierno de Perón por su corrupción, su autoritarismo y su agotamiento. Las bombas y los muertos fueron una consecuencia inevitable de sus propios actos aberrantes. Y no se trata de saber de quién cobra Casero, porque él actuó el papel de Braden en la película de Paula De Luque y eso no parece haberlo amigado con el gobierno. Acá se trata de ver dónde dijo Casero lo que dijo, y por qué eligieron convocarlo para que se explayara sobre sí mismo y nuestra historia. Fue en el programa del operador que no quiere pagar sus zapatos. Casero al respecto reflexionó que lo dice ahí (en Canal 13) porque no lo invitaron de 678. Es de esperarse que ahora 678 lo invite, pero yo preferiría que no viniera. Ya lo escuché decirle a un hombre que se pasó casi toda su vida con su identidad robada en las mazmorras de la ESMA que Alfredo Casero sabe mejor que nadie lo que fue la dictadura. Antes de volver a escucharlo decir esas cosas, prefiero recordarlo como el genio creador de Cha Cha Cha. Cuando todavía no decía que lo iban a tener que matar para que se callara la boca, y nos hacía reír. POLLO El Pollo Sobrero se lleva cada vez peor con el gobierno: más intenta el gobierno solucionar el tema ferroviario, más inversiones hay, más medidas toma la gestión de Randazzo, más mete la cuchara, peor está Sobrero con el gobierno. Antes de esta gestión que llegó tarde para reparar lo que durante 50 años se vino destruyendo no parecía tener tanto problema. No se lo veía por ahí. Ayer dijo en radio Mitre . "El ministro y los empresarios se tienen que ir y nos tienen que dar la empresa a los laburantes". Claro, en una radio de Clarín, único medio que todavía intenta hacerle creer a sus clientes que el motorman no intentó robarse las grabaciones de la cabina, sino que fue La Cámpora que se las plantó. Pero lo de anoche fue lo mejor: Sobrero fue a TN a que Joaquín Morales Solá le diera una mano para defender a los trabajadores de las agresiones oficiales. Una ternura de su parte. UN POLÍTICO Pino Solanas se apareció en la estación de Once al poco rato del accidente, y dijo que era para informarse. No sabemos si pensaba hacer un peritaje del tren, o si creyó que en el Andén 2 habían instalado una ventanilla de “Información de Accidentes”. Entonces dos o tres personas le gritaron “no vengas a hacer política acá”. Quizá porque era muy abundante la evidencia de que Pino estaba ahí para hacer política. Pero el candidato de Carrió salió inmediatamente a denunciar que quienes le gritaban eran agentes de una patota kirchnerista. Recuerdo un chiste que preguntaba cómo reaccionaba un peronista ante la infidelidad de su mujer, cómo reaccionaba un radical ante la infidelidad de su mujer, y cómo un comunista ante la infidelidad de su mujer. Del peronista y el radical, me olvidé. Pero el chiste era que el comunista ante la infidelidad de su mujer iba a tirarle piedras a la embajada de los Estados Unidos. Pino es el comunista del chiste. CÓMO INFORMARSE En el zócalo de TN se lée “El tren se habría quedado sin frenos”. Mientras tanto aparecen los testimonios de tres pasajeros, los tres diciendo lo mismo: que no les parece que haya sido un problema en los frenos, sino que piensan que el culpable es el maquinista: “para nosotros se durmió”, “se venía pasando en las estaciones”. Sin embargo el periodista de TN apenas terminan los testimonios, a modo de extracto de lo escuchado afirmaba “los testimonios de pasajeros que coinciden respecto de dificultades de frenos”. Y es verlo y no creerlo. Y volver a verlo y no creerlo de nuevo. Y después recordar a los amigos y adversarios que con gesto de “yo tengo mi propio criterio y nadie me engaña” sentencian: TN y 678 son la misma cosa pero de signos opuestos. Muy astutos nuestros adversarios y amigos. EL MONO Y EL NARCO A fines de los años ochenta un señor que tenía un zoológico con animales sueltos mató de 14 tiros a su mono que había perdido la razón. El hecho fue noticia durante semanas. Y fue un lugar común durante años. Hace pocos días unos narcos le tiraron 14 tiros a la casa del gobernador de la provincia de Santa Fe, pero la noticia duró mucho menos que la del mono. Diario Registrado

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