lunes, 24 de febrero de 2014

Los estudiantes y la revolución 2.0

Los estudiantes y la revolución 2.0
Por Agnedy Acevedo. Periodista
contacto@miradasalsur.com

Venezuela. Los jóvenes, multitud en ambos bandos, no sólo salen a las calles sino también a las redes sociales, sus autopistas cotidianas, a favor o en contra del “chavismo”, pero en el centro de la telaraña son otros los que manejan los hilos.

Con los jóvenes en las calles se mantiene la Venezuela bolivariana, estudiantes de ambos bandos, oposición y adeptos al gobierno, se han volcado al asfalto, unos a imponer su criterio antichavista radical y otros a defender al gobierno de Maduro surgido constitucionalmente a través del voto popular. Ya son cinco los muertos y más de cien detenidos en todo el país.

Los sucesos que han acontecido en este segundo mes del año en la tierra natal de Simón Bolívar, han dado la vuelta al mundo. Un mar de protestas llenas de camisas blancas, caras pintadas, manos con las palmas al aire y bombardeo mediático han enarbolado el nuevo movimiento opositor estudiantil venezolano. Con dos matrices bien marcados entre la intencionalidad de la derecha que vende la protesta como una insurrección popular y la gubernamental, víctima de los planes de los sectores más ultraderechistas de Estados Unidos.

Los hechos. Las primeras protestas estudiantiles tuvieron lugar a principios de febrero en el Estado Táchira, ubicado al extremo suroeste occidental de Venezuela. Estas movilizaciones se originaron luego del intento de violación contra una estudiante dentro de la Universidad de los Andes. Aprovechando el calentamiento de la calle, un grupo de revoltosos atacó la residencia del gobernador chavista, José Vielma Mora. Cinco fueron los jóvenes detenidos. Los Estados (provincias) linderos se plegaron al llamado de protesta, con el fin de exigir la libertad de los detenidos.

Este detonante hizo que caras opositoras asomaran sus narices y comenzaran a direccionar manifestaciones de calle, anunciando más de mil protestas en todo el país con la consigna “La Salida”, “la única salida al régimen es la calle”. El día de partida para estas acciones, era el emblemático 12 de febrero, feriado en Venezuela por conmemorarse el Bicentenario de la Batalla de la Victoria, acontecer de la guerra de independencia venezolana, donde los realistas al mando de José Tomás Boves intentaron tomar la ciudad de la Victoria y un grupo de estudiantes y seminaristas bajo la dirección de José Feliz Ribas salieron en defensa del territorio.

Luego de una pregira por el país, Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular, miembro del ala más extrema de la derechista Mesa de la Unidad Democrática (MUD), partícipe activo en el golpe de abril de 2002, y con ansias de ganar notoriedad que Henrique Capriles le había arrebatado, hace el llamado a una movilización “pacífica” para defender los derechos que el gobierno chavista les ha “cercenado durante 15 años a los venezolanos”. Las redes sociales hicieron de las suyas, generando una convocatoria de al menos 3.000 estudiantes, de los cuales se sumaron otros tantos.

“Vamos a alzarnos contra este gobierno”, “La salida es ahora”, “Maduro es un maldito colombiano”, “Preferimos a los gringos que a chavistas marginales”, “Intervención yanqui YA” entre otras, eran las consignas de la marcha con fines “pacíficos”.

Con tarima armada y sin Capriles a media vista, el grupo que abandera “La Salida”, la diputada opositora María Corina Machado, Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, y Leopoldo López, apuntaron a despertar la esperanza perdida ante tanta derrota electoral, sin agenda planificada, sin propuesta esquematizada, manteniendo el mismo discurso de la oposición del 2002, pero con un objetivo claro, la “salida” no electoral.

Con ferviente actitud los manifestantes, dispuestos a encontrar un punto final al “régimen”, convirtieron el fin de la marcha en una batalla campal con la quema de autos de la policía política del gobierno venezolano, levantamiento de barricadas y disparos con armas de fuego, irrumpiendo la zona de seguridad impuesta por la Guardia Nacional Bolivariana. Los cuerpos de seguridad respondieron ante los ataques. El resultado fue la muerte de dos jóvenes antichavistas y un activista de los Colectivos Bolivarianos.

La fiscal general venezolana, Luisa Ortega Díaz, confirmó, ante los medios de comunicación, la muerte de tres personas y la cifra de 66 heridos graves y de 69 detenidos tras las protestas que tuvieron lugar ese 12 de febrero. Además, informó de que de las 66 personas que resultaron con “heridas graves” en todo el país, 17 son policías o militares y 49 ciudadanos civiles.

Según un comunicado del Ministerio Público, hasta el 16 de febrero estas personas han sido puestas en libertad tras dictarles medidas cautelares, y sólo 13 de los jóvenes permanecen encarcelados.

Entre las imputaciones que ha realizado la Fiscalía se encuentran delitos como daños violentos a la propiedad, obstaculización pública, intimidación pública, instigación y asociación a delinquir.

Horas más tarde, el presidente de la Asamblea Nacional se pronuncia haciendo responsable al activista Leopoldo López de los hechos violentos ocurridos en las manifestaciones, petición aceptada por el Ministerio Público, ordenando de forma inmediata al Servicio Bolivariano de Inteligencia, aprehenderlo.

Los cargos que se le imputan son asociación para delinquir, instigación a delinquir, intimidación pública, incendio a edificio público, daños a la propiedad pública, lesiones graves, homicidio y terrorismo.
Acto seguido, el prófugo de la justicia reta frontalmente al gobierno bolivariano a apresarle junto a sus seguidores, haciendo un nuevo llamado a marcha.

En 7 de los 335 municipios de Venezuela se registraron hechos violentos y en 4 de los 24 estados se produjeron manifestaciones, en dos de ellos de manera violenta.

La intromisión. El presidente Nicolás Maduro ha denunciado un galopante golpe de estado, acusando al expresidente colombiano, Alvaro Uribe, de estar detrás de ese plan.

La abogada y escritora estadounidense-venezolana Eva Golinger indicó que el gobierno de Estados Unidos destinó 5 millones de dólares para financiar grupos opositores en Venezuela, cifra reflejada en el Presupuesto Nacional de ese país para 2014.

Acto seguido se produjo la expulsión de tierra venezolana de tres diplomáticos estadounidenses, por mantener reuniones abiertas con la extrema derecha del país, donde se engendraban “planes de saboteo al sistema eléctrico y económico de la nación”, así lo manifestó Nicolás Maduro. Las declaraciones desde el Pentágono no han cesado. Obama sostiene que estas acciones responden a una cortina de humo para tapar los malos gobiernos y que ellos sólo buscan bregar por la paz.

En lo cotidiano, los chavistas se mantienen alertas ante cualquier indicación que realice su ejecutivo. Los estudiantes y demás manifestantes mantienen sus actividades de siempre. No hay que hacer vista gorda al músculo adepto al gobierno, este abarca gran parte de las universidades públicas del país, sumando las misiones educativas donde se han visto beneficiados y pelean por mantener ese derecho cientos de muchachos y muchachas.

“Nosotros tenemos que ser los constructores de la paz, seguir resistentes. Aquí está la riqueza espiritual que nos mueve”, ése es el llamado que realizó Maduro, en rechazo a la violencia promovida por grupos violentos de la derecha venezolana.

El bloque latinoamericano conformado por el Mercosur, la Unasur y la Celac se han pronunciado a favor del gobierno constitucional de Venezuela, sosteniendo que no toleran el quebrantamiento de la democracia ni golpes de estado modernos.

Realidades y estudiantes. Venezuela atraviesa una situación económica grave marcada por una inflación de 56,3%, según datos del Banco Central de Venezuela, con una escasez de más del 20% de productos de alimentación básica, sin sumar los altos índice de inseguridad que acarrean las calles de las grandes ciudades. Sin embargo, los pedidos y reclamos que abandera el movimiento estudiantil opositor no configuran demandas económicas, ni exigen mejoras en los servicios del estado, sus exigencias se concentran, netamente, en “la salida” al régimen “castro-comunista”.

Al preguntarle a los marchistas “¿qué es el socialismo?” varios respondieron: “El socialismo es una dictadura donde le quitan la libertad a los individuos”. Otros dijeron, “es un término creado por Fidel Castro que Chávez compró para joder a los venezolanos”.

Con escasez en lo conceptual, este movimiento estudiantil, compuesto en su mayoría por sectores de la clase media, ocupa los asientos de onerosas universidades privadas, tal vez impulsada por motivos ajenos a sus intereses como colectivo.

Históricamente, los movimientos estudiantiles han servido para apalancar nuevas figuras en el ámbito político, nuevas caras. En el 2007, un grupo importante de estudiantes salieron a protestar por el fin de la concesión del canal Radio Caracas de Televisión, de allí surgieron varios de los diputados tanto de oposición como del chavismo, que hoy ocupan escaños dentro de la Asamblea Nacional.

En esta ocasión no se han escuchado voces nuevas, iniciativas concretas de nuevos líderes, estos han sido silenciados ante el espectáculo de la entrega al ministerio público de Leopoldo López. Sólo se han limitado en hacer militancia online, realizando acciones de corresponsales de guerra de cuarta generación, publicando carteles en redes sociales con hastag (#) anglosajones y referencias en otros idiomas #PrayForVenezuela, es el más destacado.

Hoy la situación es otra, no se quiere liderazgos espontáneos, lo que se busca es dejar de lado a la figura del derrotado Henrique Capriles Radonsky que, según los opositores más radicales, ha guiñado el ojo al gobierno de Maduro al aceptar sentarse a su diestra para discutir temas que realmente inquietan a todos los venezolanos, como la inseguridad.

Mientras los manifestantes esperaban nuevas directrices de la derecha radical, se anunció la muerte de otros dos jóvenes, uno de ellos, una Miss Venezuela, que fue baleada en los disturbios. Este hecho ha alimentado la furia de los manifestantes, y prometen hacer justicia hasta encontrar la “Salida” que les prometió el nuevo “héroe” de la oposición venezolana.

Sin embargo, hay quienes hacen buenas síntesis de cómo actúan los intereses divergentes con la revolución bolivariana, una de ellas la dio un periodista cubano este viernes desde Caracas a través de redes sociales:
“Ya hay tanta gente angustiada por ahí porque los estudiantes pasaron una semana gritando ‘Maduro vete ya’... Y Maduro no se fue. Y llega el carnaval y se agotaron todos los boletos para aviones y ferry (rumbo a Margarita y a todos los paraísos donde acostumbra a reposar la oligarquía). Por el momento quedan unos focos fascistas replegados a sus propias urbanizaciones, cerrando a sus vecinos el libre derecho a circular y a vivir. ¿Qué consiguieron? Que la gente decente sepa de qué va el fascismo. Ahora que respondan por los muertos y los daños causados. Y los que desde afuera estaban esperando otro desenlace pospongan sus anhelos hasta el 2016, año en que la oposición puede pedir el revocatorio del Presidente, una opción que ahora tienen gracias a que Chávez lo puso en la Constitución”.

Textuales
Manifestación en solidaridad con venezuela. Agrupaciones peronistas y de izquierda se reunieron el pasado 14 de febrero frente a la Embajada de Venezuela para apoyar al gobierno de Nicolás Maduro ante la movida desestabilizadora propiciada por el Departamento de Estado norteamericano en Venezuela. Más tarde también manifestaron opositores al chavismo. El gobierno argentino ha manifestado su total apoyo al gobierno democráticamente elegido de Maduro.

Cristina Kirchner
“Extendemos nuestra mano solidaria a todo el pueblo venezolano, para todos, piensen como piensen.”

Agustín Rossi
“Todos los países de la región deben trabajar con un fuerte compromiso por la paz del pueblo latinoamericano.”

Jorge Capitanich
“Cualquier actitud de carácter conspirativo es una gran afrenta para toda la región y sus democracias.”

Edgardo Depetri
“Hay un intento de golpe; son las corporaciones las que están detrás de la desestabilización de Maduro.”

Oscar Parrilli
“Es un intento de desestabilización y de golpe de Estado, lo que genera violencia en el pueblo hermano.”

Nilda Garré
“En nuestras democracias, los gobiernos se cambian sólo por medio de procesos electorales transparentes.”

Ernesto Sanz
“No creo que estén dadas las condiciones para que se repita lo mismo en la Argentina que en Venezuela.”
Sergio Massa
“El chavismo muestra el camino que no se debe seguir para construir el orden, la paz y el progreso.”

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