martes, 28 de octubre de 2014

Aquel Pingüino que se fue al cielo

La muerte de Néstor Kirchner, hace cuatro años, despertó una emoción colectiva con pocos precedentes en la historia política argentina. Una de las expresiones masivas de aquel sentimiento fue una animación que rescataba su aporte para acabar con la impunidad de los genocidas. Entrevista a Luciano Dell’ Orfano, uno de sus creadores.
Por Diego Kenis
Cuatro años atrás, la Historia argentina se conmovía con la inesperada noticia del fallecimiento de Néstor Kirchner, que había dejado de ser presidente de la Nación sólo tres años antes, era diputado nacional y esposo de la mandataria que lo sucedió y se dejaba ver en el horizonte político como muy posible candidato en las presidenciales de 2011.
La muerte de Kirchner no se reveló sólo como la de un referente político, sino que adquirió un sinnúmero de significados. Por aquellos días, se recuperó o se puso en primer plano la ruptura que su gestión había representado respecto de las décadas anteriores. La mayoría de las emociones que despertó aquella jornada se tradujo más tarde en números de la política, aunque adjudicar sólo a eso el éxito electoral de Cristina Fernández o el aumento en los índices de militancia sería simplista y parcial.
La emoción colectiva que surcó las calles fue, sin perjuicio de ello, muy significativa. La muerte de Kirchner puso a buena parte de la sociedad ante un repaso de su tránsito por el gobierno, que acababa de concluir. Eso implicó necesariamente la enumeración de valores que tocaban fibras muy sensibles de las últimas décadas de vida nacional. Uno de ellos, el de la lucha contra la impunidad de los represores de la última dictadura. A partir de la lucha constante de organismos de derechos humanos, Kirchner sumó la determinación política para anular por vía legislativa las leyes de impunidad. La Corte, con perfil más saludable desde el comienzo de su gestión, lo confirmó dos años más tarde.
Ese fue el punto elegido por Luciano Dell’ Orfano, Marcos Wagner y Mariano Yegros para homenajear a Kirchner en una animación que elaboraron y publicaron mientras escuchaban la repercusión popular de la noticia y se desarrollaba el último Censo Nacional.


El video tuvo miles de visitas en pocas horas, y fue reproducido por la Tv Pública y el canal de la Casa Rosada en la red You Tube. Su argumento era simple, un pingüino bizco al que crecían alas de ángel y por fin podía volar, rumbo al cielo. Pero, en el marco del sentimiento imperante, se insertó como símbolo de la emoción colectiva. Y el cierre conllevaba una valoración acerca de los puntos relevantes de la gestión: el pingüinito Néstor se encontraba, en el cielo, con los treinta mil desaparecidos, que le agradecían por la justicia que había acercado las causas por delitos de lesa humanidad.
Luciano vive en bahía Blanca, donde estudió Ingeniera Electrónica en la Universidad Nacional del Sur y trabaja en una empresa del ramo en la ciudad. Desde comienzos de aquel 2010, junto a Marcos y Mariano, administra un blog con el que el grupo le gana a la distancia: Marcos vive en Córdoba y Mariano en Capital. “Pero teníamos muchas cosas en común, una cierta sensibilidad parecida, un humor entre ácido y negro, nos retroalimentábamos creativamente y nos dábamos permiso para hacer pavadas. Juntos decidimos armar el blog Tres Bufones Muertos (tresbufonesmuertos.blogspot.com), para recopilar todo el contenido que habíamos ido armando y generar nuevo contenido para un público más diverso que el del foro”, cuenta Luciano.
APU: ¿Qué le llevó a hacer aquel video?
Fue una mezcla de cosas. El día que murió Néstor fue el día en que se hizo el censo nacional, por lo que era feriado y estaba en casa aprendiendo a usar un programa para hacer animaciones para el blog, mientras de fondo escuchaba el televisor con el seguimiento de la noticia todo el día. Dibujar un pingüino bizco fue natural, agregarle alas de ángel también. Mientras dibujaba escuchaba en la tele a la gente recordar a Néstor, lo que había significado para ellos, lo tristemente injusta que parecía esa muerte, y me pregunté  qué cosa le hubiera querido decir yo a modo de despedida. Y la respuesta también salió natural: “mirá, tu vida no fue en vano, en el cielo hay un montón de gente que te está esperando para agradecerte”.
APU: ¿Cómo se enteró de la noticia del fallecimiento de Néstor Kirchner? ¿Qué sentimiento le produjo?
Me enteré a la mañana, era feriado por el censo pero por costumbre me había despertado temprano y encendí el televisor. Lo primero que pensé cuando leí el titular fue: “no puede ser”, y como un golpe en el pecho. Y esa cosa de incertidumbre, de no saber qué es lo que iba a pasar.
APU: El video, de algún modo, produjo empatía porque se correspondió con el sentimiento espontáneo de mucha gente. ¿Cómo recuerda aquella emoción colectiva?
Fue muy intenso. Publicamos el video en el blog el 31 de octubre, pero explotó en You Tube luego de que lo pasaran por 678 el 3 de noviembre, llegando a cincuenta mil visitas en un par de días. Muchísima gente me mandaba mensajes muy emotivos, me confesaban que el video los hacía llorar, me agregaban a Facebook y me agradecían por el video, por poner en imágenes lo que ellos sentían. Era muy loco para nosotros, porque la calidad y los recursos que habíamos usado al hacer el video eran muy básicos, y aun así habíamos llegado al corazón de muchas personas.  También hubo mensajes que me sorprendieron por el nivel de odio. Había gente enojada conmigo por un dibujito animado, gente enojada que me discutía que los desaparecidos no habían sido treinta mil, como si lo importante fuera el número.
APU: ¿Qué significaba para usted, en aquel momento, la figura de Kirchner? ¿Se han agregado, transcurridos cuatro años, nuevas imágenes?
Hasta ese momento, para mí Néstor era Kirchner, un muy buen presidente, un muy buen político, un muy buen lector de las necesidades prioritarias de la sociedad, un muy buen constructor de poder, con un proyecto de país muy parecido al que quería yo y con una manera beligerante de liderar que me encantaba y a veces me preocupaba.  Después de su muerte, obviamente, el tiempo hace que uno vaya idealizando más algunos rasgos, pero trato de no olvidarme lo profundamente humano que era, con sus luces y sus sombras, porque eso lo hacía más real.
APU: ¿Cómo llegó el video al Canal de la Casa Rosada?
El video salió por 678 el 3 de noviembre. Al día siguiente, por la mañana, me enviaron un mensaje privado a mi cuenta de You Tube desde el canal de la Casa Rosada, indicándome que les proporcionara algún número de teléfono al cual contactarme. Así me contactaron de la Subsecretaría de Comunicación de Presidencia de la Nación, para pedirnos permiso para utilizar el video en el canal de la Casa Rosada. Lo que sentí fue un mareo de aquellos, parecía completamente irreal que me estuvieran hablando desde la Casa Rosada, y que me contaran cómo todo el gabinete había estado viendo el video y que la presidenta no le había gustado que el pingüinito fuera bizco, pero que se había emocionado hasta las lágrimas.  Un rato después me llegó un mensaje de texto de Aníbal Fernández, agradeciendo el video.
APU: Tanto la animación como su presentación en el video remarcan la importancia de Kirchner en la búsqueda de Justicia por los crímenes de la dictadura. ¿Su admiración por su figura proviene de algún hecho puntual vinculado con ello?
No sé si un hecho puntual, quizás es toda la secuencia. Tengo una familiar que estuvo secuestrada durante el Proceso, cuando la soltaron estuvo viviendo en mi casa un tiempo y aunque yo era muy chico recuerdo las pesadillas con las que se despertaba de noche. Recuerdo la vuelta a la democracia, recuerdo la desilusión con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, la bronca de los indultos, y esa sensación de que acá había pasado algo groso, que desde el Estado se había secuestrado, torturado, matado gente y robado bebes, pero que no se hablaba ni se hacía nada. Ver ya siendo adulto a Néstor haciendo bajar un cuadro de (el dictador Jorge) Videla fue un gesto renovador, un atisbo de que la justicia podía ser posible.

APU: Poco después del fallecimiento de Kirchner comenzó el primer juicio por delitos de lesa humanidad en Bahía Blanca. Se desarrolló uno más y está en curso un tercero. ¿Cómo vive esta etapa de la historia?
Al primero no fui. Fui a una de las audiencias del segundo, pero me resulta muy fuerte. Por lo pronto, estoy más que conforme con que los juicios sean posibles, y que incluso más allá de la condena judicial, pueda haber un cuestionamiento moral sobre lo que pasó y sobre nosotros mismos como sociedad que permitimos que eso sucediera. La verdad es que, con cada condena, siento paz.
APU: Además de ese punto, ¿destaca algún otro aspecto de la presidencia de Kirchner?

Por supuesto, el crecimiento económico en esos años, y aún más importante, como se redistribuyeron internamente los resultados de ese crecimiento; también el pago al FMI, y la formación de UNASUR.

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