sábado, 29 de noviembre de 2014

RATIFICAN LAS PENAS DE ONCE REPRESORES EN CHILE Para Contreras, 426 años de cárcel

La Corte de Apelaciones de Santiago ratificó las condenas, aunque cambió el monto de las penas, a once agentes de la dictadura de Augusto Pinochet por el secuestro calificado y la desaparición de dos militantes uruguayos en 1973, tras el golpe de Estado contra Salvador Allende.
Las víctimas, Julio César Fernández, de 24 años, y Nelsa Gadea Galán, de 29, fueron detenidas en Santiago tras el golpe que encabezó Pinochet en septiembre de 1973 y vistos por última vez en el campo de prisioneros de Tejas Verdes, en la costa central de Chile, por otros prisioneros que lograron sobrevivir. En un fallo unánime, la XII Sala del tribunal ratificó lo resuelto en primera instancia por el juez especial Joaquín Billard, aunque aumentó algunas penas y condenó a otros imputados a los que el juez había absuelto.
La Corte mantuvo la condena de 10 años y un día de presidio para el ex jefe de la DINA –la policía secreta de la dictadura–, el general retirado Manuel Contreras, que ahora acumula penas por 426 años de prisión por su responsabilidad en decenas de casos de violaciones a los derechos humanos.
Además, la Corte aumentó de seis a diez años y un día de presidio las condenas a Vittorio Orvietto Tiplitky, Raúl Quintana Salazar, Valentín Escobedo Azúa y Nelson Valdés Cornejo, aunque éste no será encarcelado porque está probado su estado de enajenación mental.
El tribunal también condenó a diez años y un día de prisión a Jorge Núñez Magallanes, Klaudio Kosiel Horning, Ricardo Soto Jerez, Gladys Calderón Carreño, Ramón Carriel Espinoza y Rodolfo Vargas Contreras, que habían sido absueltos en primera instancia.
Julio César Fernández, un artesano uruguayo de 24 años, que en su país habría pertenecido al movimiento guerrillero Tupamaros, vivía en Chile desde 1972 y fue detenido en su domicilio el 11 de octubre de 1973 por militares que lo trasladaron a Tejas Verdes, a unos 110 kilómetros al sudoeste de Santiago.
Según prisioneros que dijeron haberlo visto durante octubre y noviembre, dos adolescentes presos entregaron a Fernández un mapa del lugar para que planificara una fuga, pero fue descubierto por los militares, que una noche lo sacaron del campo. No se supo nada más de él desde entonces.

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