sábado, 23 de mayo de 2015

Ni una menos: el padecimiento de las mujeres en las cárceles bonaerenses

Una mujer denunció que dio a luz mientras permanecía esposada. Según la Comisión Provincial de la Memoria, la vulneración de los derechos de las detenidas es una práctica habitual en el Servicio Penitenciario provincial.
Por Enrique de la Calle
Una mujer privada de la libertad dio a luz en un hospital de La Plata mientras permanecía esposada. Así lo denunció la propia mujer hace unas pocas semanas, entre las desmentidas de los agentes del Servicio Penitenciario bonaerense y funcionarios del gobierno provincial. ¿Alguna investigación develará qué fue exactamente lo que pasó?
Por su parte, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) difundió un comunicado en el que aseguró que el hecho en cuestión está lejos de ser un caso aislado. “Una práctica sistemática del Servicio Penitenciario Bonaerense que encuentra en las mujeres uno de los blancos más vulnerables a las vejaciones y tratos denigrantes”, aseguró el organismo de Derechos Humanos.
Según denunció la presa Victoria Toloza, de 35 años, fue obligada a recibir a su hijo en el hospital San Martín de La Plata con “un pie esposado a la pata de la camilla”. Toloza está detenida en el Penal de Los Hornos. “Esta denuncia revela, una vez más, la amenaza de vida y el estado de vulneración de derechos que constituyen las prácticas sistemáticas de tortura, propias del Servicio Penitenciario Bonaerense, y los múltiples mecanismos de convalidación que encuentran en instituciones y profesionales cuya principal misión es el cuidado de la salud de las personas”, describió la CPM.
Antecedentes
De acuerdo con la Comisión Provincial este tipo de caso se reitera. En 2013, una mujer embarazada de 7 meses fue traslada de penal pese a constatarse alto riesgo físico. En esa situación nació su beba, que falleció tres meses después.
Un año después, otra mujer de la Unidad Penitenciaria 33 fue internada en el hospital San Martín para atender los momentos finales de su embarazo, que se complicó por el frío y la falta de atención médica en el centro de detención. Una vez producido el parto, la mujer volvió al penal mientras su hijo quedó internado. Murió a los pocos días. Según registró el organismo de Derechos Humanos, un médico que asistió a la mujer luego de la muerte de su hijo expresó: “habría que hacer algo, ligarle las trompas, por ejemplo, es una fábrica de locos”.
“Las inspecciones realizadas durante estos años permiten corroborar que se trata de una práctica sistemática que alcanza a la totalidad de las personas alojadas en lugares de encierro. Se ha llegado incluso a constatar la permanencia de personas con muerte cerebral o en estado de coma esposados de pies y manos”, concluyó la CPM.

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