miércoles, 23 de noviembre de 2016

HAY.....(AY AY AY)

 que decidir en qué vamos a recortar. Esa es la discusión que comienza en 2017. Porque necesitamos fortaleza interior y la única manera es estar equilibrados y corregir el tremendo desequilibrio del punto de partida”, definió ayer el presidente Mauricio Macri de cara al año que viene. Fue en el cierre de la conferencia anual de la Unión Industrial Argentina. Para el deleite empresarial, les dedicó a los sindicalistas que “no podemos salir al mundo y enfrentar la tremenda renovación tecnológica con convenios laborales del siglo veinte. Tenemos que sentarnos en la mesa a discutir todos los convenios laborales”. “Todo esto se basa en que creamos en nosotros mismos”, cerró con el clásico libreto del PRO.
“Hace un año los argentinos elegíamos un cambio de valores, un cambio cultural, un cambio que comenzó y que llevará años. Un cambio que inspiró a muchos argentinos a volver a creer, que es lo que les pedí hace un año acá. Sigo creyendo en la capacidad de ustedes y necesito que ustedes crean que son capaces, que los desafíos que nos presenta el mundo son posibles”, comenzó el Presidente. El speach para mejorar las expectativas empresariales choca por ahora con la caída del consumo, de la actividad industrial y del empleo, que afecta en primer lugar a las pymes.
Ante los malos resultados del primer año, el Gobierno concentró en estos días su estrategia discursiva en dramatizar la herencia. “Les dije que el punto de partida era difícil pero me quedé corto. Nos encontramos con un país quebrado, no sólo en default sino sin energía, con un déficit fiscal enorme, una presión tributaria de las más altas de la región y deudas por todos lados. Frente a eso tuvimos un gran primer éxito. Evitamos la quinta crisis terminal en menos de 50 años”, indicó.
“Leí hace muchos años que la fortaleza de las personas radica en cuán capaces son de soportar la verdad. Nosotros terminamos con el apagón estadístico del Indec y surgió la realidad: mas del 32 por ciento de los argentinos están en la pobreza”, planteó Macri, sin hacer referencia a la devaluación, los tarifazos y los despidos. En ese plan de “soportar la verdad”, Macri apeló de lleno a la lógica neoliberal del ajuste para solucionar los desequilibrios fiscales y anticipó que “la discusión el año que viene pasa por dónde recortar. Tenemos que estar equilibrados”. También repitió que el Gobierno quiere que se pongan en discusión “todos los convenios laborales, que datan del siglo veinte”. “Necesitamos estar todos convencidos de lo que estamos haciendo. En este mundo el que no avanza desaparece y avanzar supone invertir en capacitación y tecnología”, pidió otra vez al empresariado.
El anfitrión de Macri en el cierre del evento fue el presidente de la UIA, Adrián Kaufmann, hombre de Arcor. Si bien destacó la sanción de “la ley pyme, el desarollo de proveedores locales en el sector automotor y autopartista, entre otras” admitió que “tenemos una situación muy difícil en el sector industrial, venimos de cinco años de estancamiento del nivel de actividad, no creación de empleo y pérdida histórica de exportaciones industriales. Este año la tendencia continúa, producto de la caída del mercado interno y el alto costo del financiamiento”. Advirtió además que “la aplicación ciega de un modelo de país a otro puede producir resultados diametralmente opuestos”, en referencia implícita al proyecto industrial del Gobierno de replicar el desarrollo industrial australiano.
Kaufmann dijo que las importaciones desde China ponen en juego miles de puestos de trabajo, planteó que “no hay sectores industriales estrella y otros inviables. Cada uno presenta desafíos y oportunidades” y alertó sobre las “altas tasas de interés, los elevados costos logísticos y la histórica presión impositiva”. También mencionó a Jorge Blanco Villegas, tío de Macri, quien fue presidente de la UIA a comienzos de los 90: “No podemos aceptar ver a la gente sólo como consumidora, para que haya consumo debe haber salarios. En un mundo de cambios ningún país regala alegremente su mercado”, citó Kaufmann.
“Este año fue duro, para la industria y para muchos argentinos. Por eso llevamos la ayuda social a los niveles más altos de nuestra historia. Queremos que todos podamos cruzar ese puente entre la Argentina de hoy y la que podamos hacer. Lo bueno es que en 2017 vamos a crecer, hemos sentando las bases. El desafío es crecer 10, 20, 30 años en forma consecutiva, constante, parejo. Eso nos va a llevar al desarrollo. Para eso tenemos que encarar los desafíos estructurales, poniéndolos sobre la mesa, diciendo la verdad”, cerró Macri. Todos los cambios estructurales propuestos, por ahora, afectan al mundo del trabajo.

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