miércoles, 23 de noviembre de 2016

SALVADOR PRATCITO DE TODOS Y TODAS

Colapso hubiera sido demorarse en levantar el cepo cambiario, lo que hubiera generado una mayor caída de las reservas del Banco Central y una detonación dramática del tipo de cambio y nos hubiéramos parecido mucho a Venezuela”. Con ese diagnóstico, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, buscó ayer ante industriales recuperar la legitimidad política que la recesión económica fue erosionando a lo largo del año. Resaltó que el gobierno de Mauricio Macri “fue el único en la historia que logró colocar deuda en pesos a tasa fija y plazos largos”. Además, detalló que el blanqueo de capitales recaudó 7 mil millones de dólares en efectivo en esta primera instancia (ver página 11). Los empresarios atribuyen a Prat-Gay y a Federico Sturzenegger buena parte de la responsabilidad por la crisis económica.
En la conferencia anual de la UIA en Parque Norte muchos empresarios compartían un diagnóstico distinto sobre el panorama económico: los incentivos microeconómicos e incluso una mejor gestión de las importaciones no tienen mucha relevancia frente al esquema de incentivos macroeconómicos que benefician a la actividad financiera a través de la toma de deuda, la valorización a altas tasas de interés y la reconversión a dólares gracias a la estabilidad cambiaria. Atento a las críticas a la gestión de la economía, Prat-Gay profundizó su planteo sobre la “pesada herencia”, las siete plagas que se hubieran desatado si él no tomaba las medidas iniciales en materia financiera y reiteró su pronóstico de crecimiento y reducción del déficit fiscal para los próximos años.
“Recibimos una administración en completo desorden, los desequilibrios estaban por donde uno quería mirar. A pesar de los cepos que estaban vigentes, caían las reservas internacionales y había déficit fiscal. Nos estábamos quedando sin dólares, sin pesos y sin credibilidad, nos estábamos quedando sin energía. La situación social era muy complicada, con más de uno de cada tres argentinos por debajo de la pobreza. Además, no se podía conversar, no se podía dialogar. Nos habíamos quedado sin todo eso”, dijo Prat-Gay. El ministro planteaba algo distinto el viernes 11 de diciembre, apenas asumió su cargo. “Es una herencia compleja, no es una situación crítica como en otras transiciones, pero es compleja”.
“Estamos en un equilibrio fino entre evitar la crisis y sentar las bases de otra cosa. Habitualmente el ciclo populista cerraba con un fuerte ciclo de ajuste. Eso es lo que nosotros logramos contener y estamos logrando transitar. Si nosotros no hubiéramos recuperado el acceso al crédito tendríamos que haber parado la obra publica, eso hubiera sido un colapso, con una espiral recesiva inflacionaria”, agregó Prat-Gay, pese a que fue exactamente eso lo que sucedió: se paralizó la obra pública y se desató una espiral recesiva e inflacionaria. El funcionario retomó la idea que quiso instalar Roberto Lavagna en los últimos días, sobre la situación de “colapso” que deriva el régimen de toma indiscriminada de deuda como viene haciendo el Gobierno.
“Colapso hubiera sido demorarse en levantar el cepo, lo que hubiera generado mayor caída de reservas y detonado un aumento dramático en el tipo de cambio. Nos hubiéramos parecido mucho a Venezuela”, dijo el ministro en defensa de su gestión, con argumentos incomprobables, porque se sabe lo que pasó, pero no lo que podría haber pasado con otra política económica. Luego volvió al tema de las limitaciones: “Las restricciones del punto de partida son políticas y sociales. Este Gobierno no cuenta con mayoría en las cámaras del Congreso y sin embargo ha tenido gran aprobación de las leyes propuestas”.

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