lunes, 1 de julio de 2013

GERMAN FERRARI, PERIODISTA E INVESTIGADOR, SOBRE EL AñO DEL RETORNO A LA DEMOCRACIA Las enseñanzas del ’83

Las tres décadas que se cumplen del fin de la dictadura llevaron a Germán Ferrari a indagar sobre aquel momento de la historia argentina. El resultado fue su libro 1983. El año de la democracia, una investigación minuciosa y a la vez fresca sobre los múltiples significados del triunfo de Alfonsín. Aquí repasa aquel momento: el peronismo derrotado por primera vez, las expectativas sociales, las opciones económicas, los militares y los derechos humanos. Los vasos comunicantes con el presente para “ir cerrando las deudas de la democracia”. Por Natalia Aruguete El inicio de la democracia en 1983 significó una bisagra en la historia argentina reciente. Por eso, despertó gran interés en estudiosos que abordaron este fenómeno desde distintos ejes: el legado económico, las iniciativas en el área de derechos humanos, la construcción del alfonsinismo como “movimiento histórico”. En 1983. El año de la democracia, Germán Ferrari relata el entramado político desplegado a lo largo de ese año mediante testimonios y documentos históricos. En diálogo con Página/12, este investigador y periodista detalla los temas puestos en debate hace 30 años –derechos humanos, deuda externa, democratización de la Justicia, violencia en el fútbol– y los vasos comunicantes con el momento político actual del país. “Enseñanzas que nos dejó el ’83 (pero también) deudas de la democracia”, concluye Ferrari. –Según algunos investigadores, Raúl Alfonsín tenía una visión optimista cuando ganó las elecciones en 1983, pensaba que ese triunfo le permitiría cambiar identidades políticas. ¿Con qué grado de poder cree que asumió Alfonsín la presidencia? –Es evidente que era un poder muy recortado. La corporación militar era fuerte aún, los sectores golpistas medían cuáles serían los primeros pasos de Alfonsín y estaban al acecho. De hecho, en los primeros meses de gobierno se ven intentos de erosión del gobierno en distintos diarios y revistas, como Somos, Ambito Financiero, La Prensa, La Nueva Provincia, Cabildo. Alfonsín asume con una cuota de poder reducida –sobre todo cuando atacaba determinados intereses– y, tal vez, con el optimismo que transmitió durante la campaña. La frase “con la democracia se come, se cura, se educa” sonaba voluntarista en ese momento. Pero, viéndolo a la distancia, encerraba una fe en que sólo en democracia se podía comer, educarse, vivir. Eso se vio en medidas muy concretas del gobierno: el juicio a las Juntas Militares, la ley de divorcio. –En su libro 1983... queda documentado cómo, en la propia conformación del gabinete, Alfonsín intenta trazar lazos con otras fuerzas políticas: le ofrece a Italo Luder la presidencia de la Corte Suprema e incluye a dirigentes socialistas en su gabinete. ¿Eso habla de ese “poder recortado” con el que gana las elecciones o puede ser visto como una estrategia de ensanchamiento de su base política? –La limitación de su poder convive con la idea del ensanchamiento de las bases de lo que era el propio alfonsinismo, entroncada con el intento de conformación de un tercer movimiento histórico. Hay una estrategia que se ve durante la campaña electoral y que, luego en el gabinete, quedará reflejada en ese arco a izquierda y derecha de lo que será el alfonsinismo. Raúl Borrás, que es su mano derecha y constructor del entramado político del alfonsinismo, es el encargado de tender lazos a izquierda y derecha. Allí se ven claramente sectores del socialismo, sectores de centro, liberales marcados por el antiperonismo. De hecho, acuerda con dirigentes que eran de la derecha del propio partido para integrar el gobierno. El caso más paradigmático es el de Antonio Tróccoli como ministro del Interior, un hombre proveniente del balbinismo. O el ofrecimiento a Fernando de la Rúa para ser senador por la Capital Federal, cuando podría haberlo dejado de lado por su amplia victoria en las internas. –Era la primera vez que el radicalismo le ganaba al peronismo en elecciones democráticas y eso había generado mucho desconcierto entre los dirigentes peronistas. ¿Cuál era el sentido que esos dirigentes le daban al descontado triunfo del peronismo en la recuperación de la democracia? –Había una creencia generalizada de que el peronismo ganaba “con la camiseta”. Es decir que no importaba quién fuera el candidato, Luder en la presidencia o Herminio Iglesias a gobernador. Por su sola presencia –y dado que siempre había ganado en elecciones libres– iba a ganar. Esto después empezó a modificarse y, más cerca del acto electoral, surgió el planteo de la duda en algunos dirigentes. Pero había una sensación de que el peronismo había ganado siempre en las elecciones, ¿por qué no esta vez? –¿Por qué estaba tan instalada esa idea? –Había una minimización del fenómeno Alfonsín, que se venía gestando después de la derrota de Malvinas. A partir de ese momento, la figura de Alfonsín tuvo un crecimiento que fue en ascenso y no paró hasta el 30 de octubre. Y esto no fue visto por los dirigentes peronistas. –Después de su triunfo, ¿cómo empezaron a ver los referentes peronistas la figura de Alfonsín? –Hubo una situación de sorpresa y de posicionamiento frente a las primeras medidas. El golpe más duro fue el proyecto de ley de reordenamiento sindical, fue un primer cimbronazo que puso en tensión el juego entre el oficialismo y el peronismo. Y, en menor medida, el tema de los derechos humanos con el juzgamiento a las Juntas (Militares), el juzgamiento a las cúpulas de la guerrilla y la creación de la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), porque los sectores dominantes del peronismo habían tenido una participación en ese proceso pregolpe de Estado durante el gobierno de Isabel (Perón). Fue Luder quien firmó los decretos de aniquilamiento. Con lo cual las críticas que se le hacían a Alfonsín por izquierda provenían de los sectores de izquierda del peronismo con respecto al tema de derechos humanos. –¿Por qué la ley de reordenamiento sindical significó una confrontación tan dura? –Porque atacaba directamente la columna vertebral del peronismo, que era el movimiento obrero. Y acá hay que destacar dos figuras que se apartan del resto: Carlos Menem, quien rápidamente entabla relaciones con Alfonsín y se declara “su amigo”. –Luder también lo visitó después del triunfo y recibió el ofrecimiento de presidir la Corte Suprema. –Luder también, aunque desde la distancia de un reconocimiento tardío de la victoria de Alfonsín. Pero la figura de Menem en ese sentido es paradigmática. Hay otra figura, quizás hoy menos recordada, que es la de (Angel) Robledo, que se sumó como asesor. Robledo representaba a sectores de la centroderecha del peronismo, estaba aliado con (Jorge) Triaca dentro del movimiento obrero, y Alfonsín lo convocó como uno de sus asesores. –Hay distintas miradas sobre lo que significó para el PJ haber perdido en las elecciones de 1983. ¿Cree que contribuyó a su reconstrucción, sobre todo a partir del nacimiento de la “renovación”, o supuso una derrota difícil de remontar? –Fue una derrota difícil de remontar y de digerir, sobre todo. Hubo mucha sorpresa y decepción; los testimonios de los dirigentes en ese sentido son unánimes. Pero también contribuyó y aceleró los tiempos para dividir aguas. –¿En qué sentido dividió aguas? –En las elecciones legislativas del ’85 la “renovación” se vio claramente diferenciada, se presentó a elecciones por fuera del grupo más ortodoxo del peronismo, representado por (Ramón) Saadi y Herminio Iglesias..., y sólo habían pasado dos años. Esto reacomodó fichas dentro del peronismo, aunque algunas personalidades que habían sido muy importantes en 1983 –el constructor de la fórmula, Lorenzo Miguel– siguió teniendo peso también a posteriori. –En el plano gremial, ¿la “ley Mucci” buscaba generar una democratización del sector sindical –tal como fue planteado– o fue una estrategia de debilitamiento? –Obviamente se trataba de una forma de debilitarlo, aunque con una intención de democratización a partir de la incorporación de las minorías, tal como establecía el proyecto de ley. Es interesante el testimonio de César Jaroslavsky, presidente del bloque de Diputados de la UCR, que en sus memorias admite como un error del alfonsinismo el haber confrontado con el peronismo a través de esta ley, y no haber buscado acuerdos para poder democratizar el sindicalismo. –¿Qué sentido le daba Jaroslavsky a esta idea de “democratizar el sindicalismo”? –Democratizar en el sentido de poder apartar lo que comúnmente se conoce como “la burocracia sindical”. Esos sectores que, en muchos casos, habían colaborado con la dictadura militar y habían tenido fuertes relaciones: (Jorge) Triaca, (Ramón) Baldassini, (Juan) Horvath. Y si bien las intenciones del proyecto impulsado por el ministro (de Trabajo, Antonio) Mucci eran auspiciosas, el corazón era también el desmembramiento de esa columna vertebral del peronismo. De hecho, el radicalismo entabla relación con sectores del peronismo descontentos e intenta sumar a la causa a jóvenes más combativos, como Víctor de Gennaro o (Alberto) Piccinini, y a veteranos como (Andrés) Framini. –Alfonsín apostó a una política heterodoxa con Bernardo Grinspun como ministro de Economía, y luego hubo un viraje muy radical hacia la ortodoxia. ¿Por qué cree que se dio ese giro? ¿Tuvo alguna relación con ese “poder recortado”, que usted mencionaba al comienzo de nuestro diálogo? –Yo rescato la visión, por ejemplo, de Juan Carlos Torre. –Que además vio el proceso desde adentro... –Sí, formó parte del gabinete, acompañó a (Juan Vital) Sourrouille. El señala que hay algunas posturas del radicalismo que han quedado ancladas en el gobierno de Illia, que se traducen en algunas medidas del gobierno de Alfonsín bien podrían ser las medidas económicas, no adaptándose a una Argentina y a una realidad que habían cambiado: había otros índices de empleo, otros problemas estructurales. Además, en el caso de Grinspun hay una cuestión particular: él era amigo de Alfonsín. Lo había acompañado desde siempre y tenían una relación muy estrecha de confianza y coincidencia en planes concretos. Es cierto que, desde el punto de vista económico, no se dimensionó el verdadero desastre en que estaba inmersa la Argentina, en el plano local y en el internacional. –¿Se refiere a que era una visión ingenua? –Había una visión bastante esperanzadora, ingenua y liviana de que todo iba a poder acomodarse, respondía un poco al optimismo del que hablábamos antes. Esto se fue contrastando con la dureza de los organismos internacionales, de la crisis estructural que había dejado la dictadura militar en el plano económico-productivo. Una vez en el gobierno, el afonsinismo se dio cuenta de la catástrofe que era la Argentina, más allá del manejo de los números y el análisis. –Allí aparece la disyuntiva del giro a la ortodoxia, ¿era posible seguir con la decisión de política económica de inicios del gobierno? –Esto excede del ’83 (N. de la R. 1983 es el período que abarca su investigación), porque ya es la llegada de Sourrouille al Ministerio de Economía. Esa es una decisión política de Alfonsín también. Podría haberse plegado a quienes planteaban el no pago de la deuda externa; pienso en el caso de Alan García. –Que, por lo menos, se demoró unas décadas en volcarse a la ortodoxia. —(Risas.) Bueno, él (por Alfonsín) decidió ese camino... Es cierto que Alfonsín, en su discurso en Parque Norte (1 de diciembre de 1985) empezó a tener un posicionamiento de mayor pragmatismo, más cercano a posturas neoliberales. Esto se va a profundizar con el inicio de las privatizaciones: la llegada de (Rodolfo) Terragno y la asociación con SAS para la privatización de Aerolíneas Argentinas, por ejemplo. Pero en ese primer momento respondió más a esa mirada desarrollista que embarcaba a todos los partidos políticos. –Alfonsín realizó reuniones para la conformación del gabinete en la quinta del presidente de la Sociedad Rural de Chascomús y terminó su mandato enfrentado con este sector y con la prensa, entre otras corporaciones. ¿Con qué sectores buscó aliarse al asumir el gobierno? –En el ’83 hay una conformación de sectores medios y sí tenía relación con un sector que era la Sociedad Rural. Pero era desde una óptica inclusiva, un intento de abrazar a izquierda y derecha a sectores disconformes con diferentes puntos. En el caso económico, su intento de dejar atrás todo signo del liberalismo y cualquier asociación con la política económica de la dictadura –en la primera etapa por lo menos– fue derivando a posteriori en el acercamiento a un pragmatismo y a relaciones más vinculadas con la derecha y el neoliberalismo, que a veces contrastaban con esos mismos sentimientos de Alfonsín. Esto lo pienso ahora, aquí, en voz alta. –¿Por qué cree que se daba tal contraste? –Su actitud de contestar en la Sociedad Rural tiene que ver con esas convicciones de Alfonsín de disparar contra los poderes. En este caso la Sociedad Rural, Clarín también fue un caso de confrontación, el subirse a un púlpito para contestar el sermón de un sacerdote, contestarle a Ronald Reagan siendo visitante. Esos gestos díscolos son parte del aquel Alfonsín del ’83, de esa “rebeldía” que fue tocando en algunos puntos de la campaña. –¿Qué posicionamiento tuvo aquel gobierno respecto de las relaciones internacionales? –Allí fue fundamental el pensamiento de Dante Caputo, plasmado en su gestión como canciller: una apertura hacia Latinoamérica que luego se cristalizó en el Mercosur. Además la Argentina fue un modelo de democratización para Uruguay, para Chile, para Brasil. El interés regional y por Latinoamérica de alguna manera fue retomado décadas después por Néstor Kirchner. Por otro lado, hubo relación con las socialdemocracias europeas: el modelo español sobre todo, la figura de Felipe González atraía mucho en ese momento histórico. Y las relaciones con (François) Mitterrand en Francia. –¿Por qué con las socialdemocracias europeas? –Porque la socialdemocracia era un tema muy caro para ciertos sectores del alfonsinismo y eso se tradujo en las relaciones internacionales. Con los Estados Unidos había una relación de no sometimiento, de distancia y de relaciones no amistosas aunque tampoco beligerantes. Respecto de la otra potencia, la Unión Soviética, si bien la dictadura militar había tenido sus relaciones con ese bloque, la propuesta era establecer una relación diferente, desde una mirada más aperturista, propia de la tradición democrática del radicalismo en términos de relaciones exteriores. Otro hecho es la relación con Cuba y con Nicaragua, con el gobierno sandinista de Daniel Ortega. Estados Unidos estaba muy pendiente de eso y no le causaban ninguna gracia las relaciones del gobierno de Alfonsín con Cuba y Nicaragua. –En materia de derechos humanos, puntualmente relacionado con el juicio a las Juntas Militares, ¿qué diferencia habría marcado el haber conformado una comisión bicameral que investigara los delitos de la dictadura militar en lugar de crear la Conadep? ¿Por qué Alfonsín optó por la Conadep? –Mientras Alfonsín llegaba al poder, durante todo noviembre y luego en la primera etapa del gobierno, ésa fue la gran discusión interna y con los organismos de derechos humanos: ¿de qué manera iba a dar solución al terrorismo de Estado? Alfonsín priorizó tener una comisión que funcionara de manera autónoma pero que no se le fuera de las manos, como podría haber ocurrido con una comisión bicameral en el Parlamento. –¿Qué quiere decir con “írsele de las manos”? –Que se le complicara respecto de sus objetivos, que venían de la mano de los decretos que se habían firmado unos días antes: el juzgamiento a las Juntas Militares y a las cúpulas de la guerrilla. Esos decretos explicitaron la “teoría de los dos demonios” planteada por el gobierno radical –reflejada más tarde en el prólogo de la primera edición del Nunca Más—, y abrieron un debate que cada tanto se intenta reactualizar. Tener una comisión creada por el propio gobierno con figuras destacables y notables –algunas discutibles– que no generaran polémica interna y externa en el gobierno, estaba comprendido en esta visión de Alfonsín de que no fuera un Parlamento donde, entre las fuerzas propias, las del peronismo y las de los otros grupos, se pudiera dar una situación que se desmadrara. No fue fácil esa conformación (la de la Conadep), hubo negativas como la de Adolfo Pérez Esquivel. Muchos de los que cuestionaron la creación de una comisión especial –miembros de la oposición sobre todo– con el tiempo reconocieron que el trabajo de la Conadep fue encomiable, elogiable, muy valioso. –¿Qué relación encuentra entre aquel contexto de asunción de Alfonsín y sus reivindicaciones y el momento actual? –Hay temas muy puntales que surgen en el ’83 y que hoy, en mayor o menor medida, siguen estando en debate. El tema Malvinas: en 1983 había pasado un año desde que la Argentina había perdido la guerra y todavía la sociedad civil y la dirigencia política no digerían esa derrota. El gobierno de Alfonsín sufrió la acusación de la “desmalvinización”. El tema Malvinas sigue siendo hoy muy fuerte, y está pendiente de resolución. Temas como el legado del terrorismo de Estado. Desde el 2003 en adelante, con el impulso del gobierno de Néstor Kirchner, se retomó parte de lo que se empezó a construir en el ’83. Temas como la violencia en el fútbol. Otra cuestión es la militancia juvenil. En el ’83, los jóvenes fueron el motor de la campaña electoral y, de un tiempo a esta parte, los jóvenes retornaron a la militancia en política, no solamente en el kirchnerismo sino también en otros sectores: organismos de derechos humanos, sindicalismo. Allí hay lazos comunicantes. –¿Qué lazos comunicantes observa en el sector sindical, puntualmente? –Es el tema que mencionábamos al principio: cómo democratizar a esos sectores que estaban burocratizados en el ’83, en el 2013 sigue siendo un tema de debate que no se ha podido resolver. Esos vasos comunicantes sirven para la reflexión, son importantes al momento de ver “las enseñanzas” que nos dejó el ’83 y para intentar ir cerrando esas deudas de la democracia. Podríamos hablar de cuestiones como desocupación, posibilidades laborales, la inseguridad, que si bien en el ’83 no se la identificaba con ese nombre sí estaban presentes los legados de la dictadura en cuanto a represión, al accionar de las policías, tanto las provinciales como la federal. Es un tema pendiente cuando vemos que hay policías provinciales que siguen torturando, y que la Policía Federal o sectores de esta fuerza participa de diferentes delitos. Y los otros dos temas que sobreviven en el debate son la democratización del Poder Judicial y de los medios de comunicación. Eso también son deudas de la democracia. Entre el periodismo y la historia Por Natalia Aruguete Germán Ferrari es muy sereno al hablar. Su relato es cuidadoso y medido. Tanto que por momentos se resiste a contestar aspectos del gobierno de Raúl Ricardo Alfonsín (1983-1989) que exceden la profunda investigación que encierra su libro. Y luego cede: reflexiona e invita a reflexionar. “Esto lo pienso ahora, aquí, en voz alta”, admite en algunos tramos de la conversación. Con enorme autoridad académica e intelectual, Ferrari “se despacha” con un relato denso a lo largo de más de cuatrocientas páginas de la llegada de Alfonsín al poder. 1983. El año de la democracia (Planeta, 2013). Es periodista y docente universitario desde hace más de veinte años. Actualmente, colabora en las revistas Caras y Caretas, Todo es Historia y Un Caño. Como investigador se ha centrado en aspectos clave de la historia argentina, plasmados en libros como La comunicación. Principio, fin y dilema de los medios (2001), Raúl González Tuñón periodista (2006), El Ave Fénix. El renacimiento del sindicalismo peronista. Entre la Libertadora y las 62 Organizaciones (2010, en coautoría con Santiago Senén González) e Intelectuales, escritores e industria cultural (2012, con otros autores). 01/07/13 Página|12

Cristina viaja. Varios viajes en la agenda presidencial

Luego de un primer semestre casi sin movimiento, CFK tendrá una seguidilla de viajes en las próximas semanas. El más significativo será para su presentación ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en agosto. Luego de una primera mitad del año casi sin salidas al exterior, la presidenta Cristina Kirchner se subirá al avión en varias oportunidades de aquí a las elecciones de octubre. Entre ellas, se destaca la que realizará en la primera semana de agosto, cuando partirá a Nueva York para hablar por primera vez ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El temario se mantiene en reserva, pero se cree que aprovechará la oportunidad para hacer un planteo acerca de la militarización del Atlántico Sur por parte del Reino Unido y su cerrada negativa a aceptar dialogar sobre la soberanía de las islas Malvinas, tal como lo plantea la propia ONU. El Reino Unido es miembro permanente del Consejo de Seguridad y tiene poder de veto sobre sus resoluciones. El Consejo de Seguridad tiene 15 miembros, cinco permanentes y diez no permanentes. Argentina ocupa durante este año una banca no permanente en representación del Grupo Latinoamericano y del Caribe. La presidencia del Consejo es rotativa y Argentina la ocupará durante agosto. Es habitual que al inicio de una presidencia el canciller o el jefe de Estado de ese país dirija un mensaje haciendo eje en uno de los temas de trabajo que el Consejo se propuso como sus objetivos. La elección del tema todavía está a decisión de la Presidenta, pero más allá de lo que resuelva es seguro que CFK lo utilizará como disparador para las cuestiones que gusta exponer en los foros internacionales, como la opción del multilateralismo para la solución de los conflictos y la promoción de las operaciones de mantenimiento de paz. Ambas cuestiones le servirán para apuntarle al Reino Unido. Argentina viene denunciando en las Naciones Unidas la decisión británica de militarizar el Atlántico Sur –en una región sin conflictos–, que incluye el envío de armas nucleares. La Presidenta también acostumbra marcar la incongruencia de que el Reino Unido se niegue a aceptar las resoluciones de las Naciones Unidas que lo invitan a sentarse a dialogar por las islas, siendo que es uno de los cinco miembros del Consejo con poder de veto. Otro tema que Argentina promueve en el Consejo es el principio de Responsabilidad de Proteger para los casos de países en los que se producen violaciones sistemáticas de derechos humanos, admitiendo sólo como última instancia la posibilidad de una intervención militar. La cita en el Consejo será a pocos días de las primarias abiertas, por lo que, por el momento, lo previsto es que la Presidenta viaje a Nueva York sólo para ese discurso y vuelva al día siguiente para encabezar el cierre de la campaña. Otros viajes Pero antes que esa cita en agenda hay compromisos en la región. El 12 de julio, CFK viajará a Montevideo para una postergada cumbre de presidentes del Mercosur que tiene su miga. Es la cumbre donde se oficializará el retorno de Paraguay al bloque luego de su suspensión por la destitución del presidente Fernando Lugo. Según trascendió en medios de Asunción, el presidente electo Horacio Cartes –asumirá en agosto– reclama que a Paraguay se le adjudique la presidencia pro tempore del Mercosur, que no pudo asumir al estar suspendida. “Es la forma más simple de que Paraguay se pueda reincorporar y luego oficialice el ingreso de Venezuela”, explicó Cartes. Por ahora, la presidencia pro tempore –siguiendo el orden alfabético– le correspondería por primera vez a Venezuela. Poco después, el 18 de julio, Cristina Kirchner tiene agendada una visita oficial a Colombia, una rareza para el kirchnerismo. Néstor Kirchner se llevaba mal con Alvaro Uribe y nunca se visitaron oficialmente. El clima cambió desde la llegada a la presidencia de Juan Manuel Santos, de mucho mejor diálogo con los mandatarios de la región. Pero hasta ahora las Cancillerías nunca habían armado una visita oficial a Bogotá. Sí hubo viajes con motivos específicos, como reuniones especiales y cumbres. La última de ellas, la Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias, en abril de 2012. El 22 de julio, Cristina Kirchner estará en Brasil junto a otros mandatarios de la región para recibir al papa Francisco en su primera salida al exterior. Ya en septiembre, luego del mensaje en el Consejo de Seguridad, Cristina Kirchner tiene otras dos citas internacionales. El 5 y 6 participará de la Cumbre del G-20, que se realizará en San Petersburgo, Rusia, y en la tercera semana hablará ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, de nuevo en la sede de Nueva York, una cita que los Kirchner vienen honrando puntualmente desde 2003. Pagina 12

Imágenes Por Eduardo Aliverti

Imágenes Por Eduardo Aliverti Está bueno que el periodismo argentino viva una etapa de sinceramiento, gracias a la clarificación de los intereses corporativos e ideológicos a que responde cada quien. El firmante se permitió afirmarlo en unas cuantas oportunidades. Pero hay una abismal diferencia entre eso y que las operaciones de prensa se conviertan en un paisaje cotidiano. Brindar información y opinión desde un posicionamiento político que se deja claro, ya sea porque se lo expresa o por resultar obvio, no es lo mismo que magnificar –o directamente inventar– en nombre de la meta mayor. Es lamentable el subrayado de este aspecto de sentido común, que parte las aguas entre el legítimo blanqueo de para dónde se juega y la ilícita manipulación profesional. Hace unas semanas, tuvo inmenso y justificado rebote un relato del escritor William Scholl, quien utiliza la figura del ornitorrinco para parodiar lo que el propio autor definió, en declaraciones al sitio INFOnews, como “el increíble nivel de mentira que se está manejando en los medios opositores, y el descaro con que se manipula al público”. De todos modos, Scholl aclaró que “a esta altura queda claro que quienes consumen fábulas como las del ornitorrinco ya no son del todo inocentes, (porque) en muchos casos es lo que quieren escuchar”. La fábula referida es la noticia efectivamente increíble que ingeniaron y articularon algunos de los medios y colegas más rabiosos del enfrentamiento al Gobierno, acerca de una inminente intervención al Grupo Clarín. La secuencia de esa comedia fue desopilante pero, cuando se reveló como la fantasía que era, ya se había expandido que el Gobierno pensaba entrar a las instalaciones de Clarín poco menos que con las Fuerzas Armadas. Y efectivamente, como conjetura Scholl, es de temer que un sinnúmero de marcianos no sólo lo creyó, sino que se impuso convencerse de que el expolio no ocurrió porque los inventores alertaron sobre el invento. Es muy probable que otro tanto, de analogía notablemente similar, haya sucedido –y hasta siga aconteciendo– con la “denuncia” de que el presidente de la Corte Suprema estaría bajo mira de la AFIP. El presunto origen de ese trascendido sería un comentario que Ricardo Lorenzetti le habría hecho a uno o algunos de sus pares, en este show del uso del potencial al que tristemente pareciera que debemos acostumbrarnos. Tanto el organismo recaudador como un despacho de la agencia estatal de noticias, que cita fuentes de aquél, desmintieron que esté en marcha investigación alguna. La Corte, el jueves por la mañana, emitió un comunicado en el que admite haber tratado el tema, a través de un lenguaje ambiguo que oscurece mucho más que lo que aclara. En la Corte no supieron o no quisieron precisar si acaso su titular tuvo indicios concretos de que la AFIP estaba “detrás de él” y, en verdad, voceros calificados dijeron que a Lorenzetti sólo le llegaron rumores. A raíz de los trascendidos periodísticos, Federico Pinedo, jefe del bloque de diputados del PRO, presentó una denuncia en la Justicia Criminal y Correccional contra el director de la AFIP, quedando conformada la causa 6111/13, por “extorsión, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. La diputada Patricia Bullrich, de Unión por Todos los que Vivimos de Cambiar de Partido, reclamó la “inmediata renuncia” de Ricardo Echegaray. Y un legislador del GEN solicitó que el funcionario sea convocado de urgencia al Congreso nacional. En síntesis: sale un rumor, de no se sabe dónde, que ni siquiera alcanza el rango de indicio; unos medios lo elevan a versión firme y la oposición lo transforma en denuncia penal. Es de antología. De biógrafo. De una impresentabilidad que resiste cualquier adjetivo. En simultáneo con esa operación, se hizo la efímera prueba de lanzar otra contra Cristina Caamaño, secretaria del Ministerio de Seguridad a cargo de la cooperación con los Poderes Judiciales, Ministerios Públicos y Legislaturas de la Nación. El martes a la noche, el abogado Miguel Angel Pierri, defensor del único detenido en el caso Angeles Rawson, dijo que Caamaño tuvo comunicación con el juez de la causa para manifestarle su desacuerdo con la imputación al portero. El letrado también afirmó que la funcionaria –según el expediente– estaba al tanto de que la policía le había pegado a Mangeri. El miércoles, en base a esas afirmaciones, se machacó contra el carácter insólito de la intromisión de Caamaño. El intento mediático, obviamente, fue señalar que el Gobierno apretó al juez para que la policía no quedase involucrada en el caso. Pero el jueves se conoció la declaración testimonial de Caamaño, en la que consta todo lo contrario: se comunicó con el juez para solicitarle el refuerzo de la integridad física del detenido e informarle que, ante la acusación de la esposa del portero, el Ministerio de Seguridad se encargaría de investigar si hubo aprietes y torturas policiales. De juez apretado a medios y periodistas que enmudecieron o –peor todavía, si se quiere– mudaron a titular “Idas y vueltas por lo que dijo una funcionaria del Gobierno” (Clarín, pie de página 51 en su edición del jueves). ¿Cuáles “vueltas”, si las idas fueron generadas por los propios medios a partir de las manifestaciones de una de las partes? Más luego, al extinguirse semejante opereta neonata, surgió que el Gobierno oprime al tribunal supremo a través del proyecto de ley que le quita a la Corte, y transfiere al Consejo de la Magistratura el manejo del presupuesto y el personal de la Justicia. ¿Pero cómo? ¿No era que el Consejo ése es el símbolo de la impecabilidad judicial y que el oficialismo quiso avasallarlo? ¿No era –vaya si vale insistir– que la Corte es un brazo ejecutor de Casa Rosada? ¿De qué se quejan ahora? ¿De que lo defendido por ellos mismos, el Consejo ése, es un engendro desconfiable? Un niño relativamente despierto, para no exagerar, se da cuenta de lo elemental de la movida: la Corte debe fallar más temprano que tarde sobre la ley de medios; viene de sentenciar en contra de la elección popular de los consejeros magistrales y, si encima dictamina a favor de Clarín, sería un escándalo capaz de beneficiar al Gobierno como víctima de las corporaciones. En consecuencia, lo que deben imputar mediáticamente es que la Corte fallará a favor del kirchnerismo porque sus jueces están apretados. Eso es injusto respecto de los supremos. Al revés de lo que tales cortesanos dejaron trascender desde un principio sobre el hecho reciente (el fallo en contra de lo que quería –o decía querer– el Gobierno, sobre ampliar los miembros del Consejo de la Magistratura por voto popular), en torno de la ley de medios siempre estuvo cristalino que en la Corte, en buena proporción, se avalan los argumentos del oficialismo. El apriete de Clarín & Cía. no debería trabajarles conciencia culposa. Pero se verá. Los gobiernos pasan y las corporaciones quedan, por más que el gobierno éste afectó los intereses de algunas muy específicas y que mucha de “la gente”, como gustan definir los emporios de comunicación, esté demasiado avivada. El ensimismamiento de la prensa opositora con las cuitas del Poder Judicial quizá revele –por ahora y sólo quizás– la inconveniencia de centrarse en propagandear a sus candidatos. Es llamativo que, pasada ya una semana larga desde el cierre de las postulaciones individuales a las primarias, los principales medios de oposición aborden el asunto como irrelevante, secundario, diríase que aburrido. No tienen con qué acentuar con entusiasmo la instalación de Massa, a pesar de que su figura fue una construcción mediática y abierta. El intendente de Tigre se muestra ambivalente; no se le conocen definiciones firmes respecto de nada, y (les) alienta las sospechas de que es un caballo de Troya que, si lo necesita, terminará jugando para los K. Scioli los dejó en orsay por enésima vez y apostó a Cristina porque sabe que carente del amparo de ella no tiene destino, sin que tampoco se le otee voluntad de cimentación nacional o, incluso, porque debe creérsele que considera al modelo como lo menos malo de la oferta existente. Y el resto no cotiza, o hasta da vergüenza ajena. Macri resolvió arriesgar que la política tradicional se acabó; que le bastaría con el 13 y TN; que alcanza con refugiarse en símiles de su cómico santafesino, y que puede prescindir de presentar lista en la provincia de Buenos Aires. Siendo reiterativos, es lógico que con ese espectáculo de los propios sea mejor dedicarse a la Justicia. O a la coyuntura de la inflación del precio del pan, al igual que en sus momentos la del tomate, que para los sectores populares es tan jodida como la fundada sospecha de que hay atrás una maniobra de grandes jugadores. Cristina podrá no ir por la recontrareelección y es una incógnita insondable cuál es la figura capaz de continuar su liderazgo o conducción; pero si hay algo más transparente que el agua es su rol de actor principalísimo, o único, de la política argentina. Volvió a demostrarlo en el acto del sábado, con una presencia carismática y discursiva arrolladora. Puede prescindirse, incluso, de una evaluación conceptual. O hasta pueden insistir –como sucedió en las redes sociales de los portales opositores, al cabo y aun durante su uso de la palabra– que fue una pantomima demagógica, un ejercicio tribunero, una reiteración exaltada de sus mentiras. Sin embargo, ni el más feroz de sus adversarios podría negar –y lo saben, de sobra– que ninguno de ellos le llega a los talones como imagen de peso. Esos demás, ya se sabe y se dijo igualmente hasta el cansancio, son comentaristas. Su jefatura opera ora datos y ora inventos. O se dedica a publicar fotos de una adolescente asesinada, en una bolsa de basura, para después dar cátedra de la moral que necesita la Nación. 01/07/13 Página|12

DANIEL FEIERSTEIN, NUEVO TITULAR DE LA ASOCIACION INTERNACIONAL DE ESTUDIOS SOBRE GENOCIDIO

“La región es una especie de vanguardia” El antropólogo Daniel Feierstein considera su nuevo cargo como “un desafío”. Imagen: Sandra Cartasso Quien fuera titular del Centro de Estudios sobre Genocidio de la Untref analiza su llegada al organismo internacional como un reconocimiento a su trabajo, pero también al desarrollo de los juicios en Argentina. Por Ailín Bullentini El antropólogo Daniel Feierstein analizó su llegada a la Asociación Internacional de Estudios sobre Genocidio (IAGS, por sus siglas en inglés) desde una perspectiva pluralista. Con él, asume la titularidad del organismo más importante de análisis de prácticas genocidas a nivel global la manera en que América latina –y los casos que golpearon a los países que la integran– analizan esa práctica de exterminio. “Mi trabajo y el de mis colegas de la región durante 25 años, que se expresa también en los juicios en la Argentina, tiende a incluir la dimensión de la opresión, una mirada más foucaultiana de las tecnologías de poder y un cuestionamiento sobre el tipo de identidades y grupos que confrontan en un proceso genocida. Además, quien hasta hace poco fuera el titular del Centro de Estudios sobre Genocidio de la Universidad Nacional de Tres de Febrero califica su flamante cargo como “un desafío”. –Es una gran responsabilidad, un desafío, pero también una oportunidad. IAGS reúne a investigadores de todo el mundo y, tanto en el campo del derecho como las ciencias sociales, nuestras visiones sobre el genocidio colisionaban con una interpretación muy primaria, construida en los años ’70 por la academia norteamericana, europea e israelí vinculada a una visión de conflicto social como la oposición entre grupos radicalmente distintos y el rol del odio en la construcción de ese enfrentamiento. Mi trabajo y el de mis colegas de la región durante 25 años, que se expresa también en los juicios en la Argentina, tiende a incluir la dimensión de la opresión, una mirada más foucaultiana de las tecnologías de poder y un cuestionamiento sobre el tipo de identidades y grupos que confrontan en un proceso genocida. El voto masivo de los investigadores de todo el mundo nos da fuerzas en esta línea que se ha expandido en lugares como Camboya, Bangladesh, Canadá, Colombia, Chile, Uruguay, España, Italia o Alemania. También es un reconocimiento a los logros en los juicios, donde por primera vez hubo tribunales dispuestos a una interpretación más profunda y sociológicamente fundada de la Convención sobre Genocidio. –¿Qué desafíos le plantea esta nueva labor? –Siempre planteé el contenido político de la investigación, su necesidad de vincularse con las necesidades de la sociedad de la que proviene, particularmente en universidades públicas, financiadas por esa misma sociedad. Ha sido una discusión muy fuerte en el campo académico y también en IAGS, frente a un grupo muy relevante de personas que sigue creyendo en el viejo paradigma positivista de la neutralidad valorativa del asunto. El mayor desafío será demostrar que se puede sostener un nivel de excelencia en investigación, una mirada profundamente crítica y un compromiso irrenunciable con los que sufren, particularmente en nuestro campo de estudios, con las víctimas de la opresión estatal e incluso neocolonial. El otro desafío será seguir ampliando el diálogo con los juristas, que nunca es fácil, pero ha sido cada vez más enriquecedor. –¿Qué aportes considera que podrá realizar al trabajo de la IAGS? –IAGS ha sido históricamente una asociación con una presencia importante de abogados. Por de pronto, el presidente del período 2009-2011 fue William Schabas, un jurista de la Universidad de Galway, Irlanda, que sigue sosteniendo la visión más cerrada con respecto a la definición jurídica del delito de genocidio. La elección de un antropólogo en 2011 (Alex Hinton, de Rutgers University) y ahora la mía expresan esta apertura de miradas y el desafío será correr más las fronteras. –¿Se puede comprender su llegada a la IAGS como la de las experiencias latinoamericanas en cuanto al genocidio? –Sin duda, creo que el reconocimiento es doble. Por un lado, a mis 25 años de trabajo en la temática. Pero no me cabe duda de que también pesó en la decisión el rol de los tribunales argentinos, la postura más compleja del bloque regional latinoamericano frente a la “responsabilidad de proteger”, la sensación de que en derechos humanos nuestra región se ha convertido en una especie de vanguardia del planeta. Vanguardia en cuanto a los fallos jurídicos, en cierta oposición a las iniciativas neocolonialistas y en la institucionalización de sistemas de protección de derechos humanos, lo cual no quita que todavía tengamos muchísimo por lo que luchar y que tanto en Argentina como en América latina los derechos humanos se sigan violando cotidianamente. –A nivel mundial, ¿cuál es la comprensión de los procesos y las prácticas genocidas? –Se trata de un campo muy complejo, pero nuevo y fértil a la vez. Y dependerá mucho de la presión que las sociedades puedan ejercer sobre sus investigadores. Las discusiones son muy ricas y duras, y por supuesto que hay análisis diversos, tanto provenientes de disciplinas distintas como vinculadas a objetivos diferentes en los modos de elaboración del trauma, en los tipos de utilización de los procesos de memoria y en las propuestas de acción a futuro. Es difícil realizar un estado de situación o me llevaría algunas horas, pero quizá pueda resumirse en la creciente complejidad, riqueza y confrontación en los modos de interpretar y actuar frente a los fenómenos genocidas. Quizá valga destacar otra iniciativa, que es la reactivación del Tribunal Permanente de los Pueblos, que reunirá en Roma el próximo septiembre a muchos de las figuras más reconocidas en la defensa de los derechos humanos en el mundo y a investigadores para analizar los desafíos de este siglo, la posibilidad de crear un nuevo Estatuto de los Pueblos y un ámbito que pueda erigirse como una contrapartida popular que pueda a la vez entrar en diálogo y en confrontación con la institucionalidad de las Naciones Unidas. –¿Se puede pensar en mecanismos similares de funcionamiento del genocidio en diferentes partes del mundo, o en cada sitio adquiere características distintivas? –Diría que la riqueza del trabajo con los procesos genocidas es que la respuesta es doble. De una parte hay mecanismos comunes que dan cuenta de las tecnologías de poder específicas de cada momento histórico y que, con la globalización, tienden a ser más y más similares. Durante 500 años el Estado nación ha sido la estrategia fundamental de dominación de los pueblos. A fines del siglo XX, sin embargo (y como ilustra el caso yugoslavo o el intento de secesión en Bolivia), la estrategia es la destrucción del Estado, en tanto el mismo se ha transformado en el último límite a la expansión ilimitada del poder económico transnacional. Y eso es lo que nos señala la complejidad de los procesos que estudiamos. En otro sentido, sí, las diferencias culturales e históricas introducen distinciones más que significativas que no podemos ignorar. –¿Y las consecuencias? ¿Se pueden agrupar en conjuntos similares? –No, en este caso es más variado aún, más allá de que pueda haber elementos estructurales comunes. Porque a la variedad cultural e histórica se suman las características de la resistencia de cada pueblo. Esto es: ya no sólo se trata de diferentes objetivos de los genocidas sino también de que, más allá de sus planes, las sociedades, los pueblos, no son elementos estáticos. Se defienden, reaccionan, elaboran el pasado, actúan sobre el mismo. Ello implica que cada caso es particular. 01/07/13 Página|12

VICTORIA EN MISIONES DEL FRENTE RENOVADOR, UN ALIADO K

Ganó el oficialismo El gobernador de Misiones, Maurice Closs, festejó anoche. El Frente Renovador de la Concordia ganó ayer las elecciones legislativas provinciales de Misiones, que inauguraron la contienda electoral en todo el país. Al cierre de esta edición, las autoridades daban por irreversible el resultado del escrutinio, que permanecía en proceso, pero le daba la victoria al oficialismo misionero, aliado al gobierno nacional. La Unión Cívica Radical quedó ubicada en el segundo lugar, mientras que el tercer lugar quedó para la alianza Unión PRO. El gobernador misionero, Maurice Closs, remarcó que el resultado, “la séptima victoria consecutiva del Frente Renovador, demuestra que es el proyecto político que sobresale, que tiene una identidad, un proyecto de provincia”. El presidente de la Cámara de Representantes de Misiones, por su parte, destacó el debut del voto de los adolescentes de 16 y 17 años, quienes “han tenido un protagonismo primordial”. “Por primera vez en esta democracia ganada han tenido la oportunidad que nosotros no: de ejercer el voto y alumbrar nuevos tiempos democráticos protagónicos para la juventud”, concluyó. Misiones es la primera provincia que, con la participación de los jóvenes de entre 16 y 18 años, elige a sus representantes legislativos locales. Es, también, una de las pocas que decidió desdoblar los comicios internos de los nacionales. Los misioneros, en la capital, Posadas, pusieron por primera vez en práctica el voto electrónico para elegir a 20 diputados provinciales y a concejales en siete municipios. La elección incluyó, además de los cargos legislativos internos, un referéndum sobre la modificación del artículo 21 de la Constitución provincial, para admitir la figura del querellante particular que obtuvo un resultado positivo. Al cierre de esta edición, y con el 23 por ciento de las mesas escrutadas, el Frente Renovador obtenía poco más del 40 por ciento de los votos. Cabe remarcar que, en las elecciones de 2011, “la Renovación” había obtenido un 70 por ciento de los votos. Ayer a la medianoche lo separaban casi 30 puntos de la segunda fuerza, la UCR, que superaba por poco los 14 puntos. La alianza entre el espacio político liderado por el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y el peronista disidente Ramón Puerta, Unión PRO, a gatas superaba el 6 por ciento. Atrás, lejos, se ubicaba el Frente para la Victoria y el Frente Amplio Progresista. Tras el cierre de los comicios, a las 18 de ayer, el ministro de Gobierno de la provincia, Jorge Franco, informó en conferencia de prensa que cerca del 69 por ciento del padrón se había acercado a emitir su voto a las 2276 mesas habilitadas para el sufragio, instaladas en las poco más de 300 escuelas públicas de todo el territorio. Además, Franco informó que la elección “se desarrolló con normalidad”. Tanto el oficialismo como la oposición destacaron el debut de los jóvenes menores de 18 años en las elecciones de ayer. Al momento de votar, el gobernador de esa provincia mesopotámica, Maurice Closs, había expresado ante los medios la “necesidad” de que los adolescentes cumplieran con su recién estrenado deber cívico: “Les pido a los jóvenes que concurran a votar y que participen. El país nos va a mirar más por el porcentaje de participación de los jóvenes que por el resultado electoral”, había señalado cerca del mediodía en la escuela 406 Paula Albarracín, de la localidad de Aristóbulo del Valle. Gustavo González, primer candidato a diputado provincial de la UCR, también aseguró estar “muy entusiasmado con esta primera participación del voto joven”. Según los padrones provinciales, son cerca de 25 mil los adolescentes de entre 16 y 17 años que estuvieron en condiciones de sumarse a la primera contienda electoral que sucedió en el país en el año de recambio legislativo y con la ley del voto joven, sancionada en el Congreso nacional a fines del año pasado. 01/07/13 Página|12

Para Rodríguez Larreta, las luchas del PRO son “una pavada”

Después de la cantidad de críticas que recibió el gobierno por su intención de cambiar el monumento del navegante español por un homenaje a la lucha de Juana Azurduy, el jefe de gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, dijo que era “una pavada”. Lo que no tuvo en cuenta, es que fue removida para su restauración ante un “riesgo inminente de colapso”. El jefe de gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, opinó sobre la polémica que generó la decisión de cambiar el monumento a Colón por una nueva obra que recuerde la lucha de Juana Azurduy: “Es una pavada, pero eso no quita que vayamos a defenderla y defender el Estado de Derecho”. La remoción de la estatua del navegante español tiene que ver con la necesidad de una restauración, ante la determinación de un “riesgo inminente de colapso”. “Vamos a volver a la Justicia, ayer ya avisamos que están incumpliendo un fallo judicial”, advirtió Rodríguez Larreta, destacando la existencia de una medida cautelar (una de las tantas que frenan causas urgentes) que prohíbe realizar el salvataje de una obra que se podía desplomar por falta de mantenimiento. “Es el conflicto por el conflicto mismo”, reconoció el funcionario macrista y aventuró que el gobierno nacional intentará remover el Obelisco. Por más decisión que tuviera la presidenta, el que está poniendo en riesgo el monumento de la calle Corrientes es el propio Macri, con la destrucción de la 9 de julio.

Misiones: El Kirchnerismo “super arrasó y retuvo la mayoría legislativa”

El partido del kirchnerista, Maurice Closs se impuso en las elecciones de diputados provinciales realizadas hoy en Misiones con el 46,6 por ciento de los votos, seguido por la Unión Cívica Radical (UCR) con el 13 por ciento y el partido provincial Trabajo y Progreso, que obtuvo el 8,7 por ciento, según datos del escrutinio provisorio. El gobernador Maurice Closs destacó que “es la séptima victoria consecutiva del Frente Renovador en la provincia”, en una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno que se hizo sobre el cierre de la jornada, acompañado por el presidente de la Cámara de Diputados provincial Carlos Rovira con la presencia de los candidatos. En coincidencia con Rovira, Closs dijo que “el dato saliente es el fortalecimiento de la ciudad y el hecho de que Misiones haya resuelto un calendario electoral con la manifestación masiva del pueblo”. Los datos corresponden a los cómputos del 12 por ciento de las mesas escrutadas hasta ahora y ya marcan una tendencia. Luego del Frente Renovador, el brazo del kirchnerismo en Misiones, las otras fuerzas políticas que obtienen los porcentajes necesarios para ocupar bancas en la Cámara de Diputados provincial son el partido Agrario y Social, que alcanzó el 7,5 por ciento de los votos, el Frente para la Victoria con 6,75 por ciento, el Frente por la Salud, Educación y Trabajo con el 5 por ciento de los sufragios y el PRO con el 4 por ciento. Asimismo, con estos resultados, el oficialismo ocuparía las 12 bancas que puso en juego de las 20 que se renovaban, la UCR tres, los partidos Trabajo y Progreso, Agrario y Social y Frente para la Victoria dos y el Partido por la Salud, la Educación y el Trabajo y el PRO una. De esta manera el oficialismo retendría la mayoría en la Cámara de Diputados con 30 bancas sobre 40 mientras que el arco opositor se quedaría con las otras 10. Además, durante estos comicios votaron por primera vez en la provincia y en la Argentina los jóvenes de 16 y 17 años y se eligieron el 50 por ciento de los concejales en siete municipios que se rigen por su propia carta orgánica: Posadas, Apóstoles, Leandro N. Alem, Puerto Iguazú, Montecarlo, Puerto Rico y Bernardo de Irigoyen. También se realizó una consulta popular por la inclusión de la figura del querellante particular en la Constitución Provincial y se probó el voto electrónico en cinco mesas de la escuela Santa Catalina de Posadas (alrededor de 1.600 votantes). En la conferencia de prensa el primero en hablar fue Rovira, quien felicitó la perfomance de los partidos del arco opositor y “a la militancia de toda la provincia que siempre ha estado dispuesta a llevar esa voz de esperanza, que moviliza y abraza con pasión un proyecto político”. Por su parte, Closs dijo además que “el arco opositor ha marcado una fuerte opinión en el pueblo misionero y destacó que las campañas fueron seria y el boca en boca la mejor herramienta”. Una vez más ha quedado marca como el proyecto que sobresale con una identidad que sobresale y con Misiones con un proyecto propio y el compromiso de que siempre vamos a escuchar y estar atentos a todos, explicó el gobernador. Sobre el debut de los adolescentes en las urnas, Iván Carvallo, el primer menor de 18 años que votó en Posadas tras la sanción de la ley de Voto Joven dijo a Télam “no me puse nervioso” y “fue una muy linda experiencia” y aseguró “estar preparado” para sufragar. “Se habló mucho de la manipulación apenas salió la ley (de Voto Joven). Yo creo que los jóvenes somos a los que menos pueden manipular. Salvador Allende, ex presidente de Chile, decía que el joven por naturaleza es revolucionario”, afirmó Carvallo. También pidió que la materia ciencias políticas “se empiece a dar en primer año en los colegios” y destacó que “nos están dando muchas posibilidades a los jóvenes”. En este marco, el gobernador había hecho hincapié en la jornada en el voto joven hoy luego de votar en Aristóbulo del Valle de donde es oriundo: “El país nos va a mirar más por el porcentaje de participación de los jóvenes que por el resultado electoral”, manifestó. Closs también destacó “la tranquilidad y el clima de paz” con que se vivió el acto comicial en todo el territorio provincial y aseguró que “la gente es cada vez más madura a la hora votar y eso es muy auspicioso para la consolidación de la vida democrática”. Por su parte, Rovira, también destacó el debut de los jóvenes de 16 años en las urnas y afirmó que “la juventud en el mundo está demostrando una fuerza de cambio que es irremplazable e imparable”. En tanto, al ser consultado sobre cuál es el mensaje de la provincia a la nación en estas elecciones, el presidente de la Cámara de Diputados provincial respondió que “Misiones es protagonista de un proceso propio de transformaciones con el rescate de nuestra historia y valores en el marco del gobierno nacional de la cual formamos parte”. Por último aseguró sobre la votación del referéndum para modificar el código penal de la Constitución provincial e incorporar la figura del querellante o damnificado particular, que “de acuerdo al resultado es una verdadera democratización de la justicia que vamos a consagrar”. Por el lado oposición, Gustavo González, primer candidato a diputado de la UCR para la Cámara de Representantes de Misiones también ahondó en el debut del voto joven y opinó que “hay que mirarlo en perspectiva” ya que “va a ser algo positivo de cara a las próximas elecciones que vendrán”. Más allá de que el radicalismo lleva a muchos candidatos jóvenes en sus listas de diputados y concejales provinciales, el partido de González fue el único que se opuso a la ley que posibilita que el sufragio de los menores de 16 y 17 años. Asimismo, el candidato de la UCR aseguró que estos comicios electorales “van a inaugurar un perfil de elección y van a marcar la tónica política del año”. También habló de la iniciativa para introducir en la Constitución provincial la figura del querellante particular en los procesos penales y aseveró que “fue algo positivo que todos los partidos adoptáramos la misma posición” de apoyo sobre en este tema.