jueves, 1 de mayo de 2014

TRATADO DE LA TRIPLE INFAMIA CONTRA EL PARAGUAY 1 DE MAYO DE 1865

Secreto develado

Al tiempo de librarse la Batalla de Tuyutí corre por el campamento aliado una noticia tremenda: El secretísimo tratado del 1 de mayo ha sido publicado y sus cláusulas, repartiéndose los despojos del Paraguay, son comentadas y analizadas en todos los países de América. 

El británico John Russell había impulsado a la guerra brasileño-argentina contra Paraguay, porque un Paraguay inaccesible a sus mercaderías, dueño de sus ríos, gestor de su propia riqueza, con altos hornos, telégrafo, ferrocarriles y fortaleza de Humaitá, era un escándalo en América. 

Pero en un momento dado, Russell creyó conveniente, siempre atento a sus motivos económicos, dar por terminada la guerra, chocando con los intereses de Brasil, dispuesto a llevarla hasta sus extremos; el inglés buscó entonces los mecanismos para que “toda América y toda Europa se pusiesen contra el prepotente Imperio y sus módicos auxiliares”. 

El 2 de marzo de 1866 Russell inserta el tratado secreto (en inglés) en un libro denominado Blue Book. El escándalo fue tremendo. Alberdi lo retradujo al español y fue publicado en La América de Buenos Aires en abril. Ese mismo mes, El Pueblo de Buenos Aires comentó “esa obra de cinismo y abyección… hierve la sangre de indignación ante tanto servilismo”. En el interior la prensa acusa abiertamente a Mitre de haber provocado la invasión a Corrientes. La América del 23 de mayo dice:"El libro Azul (Blue book) de una monarquía egoísta, como las tablas del profeta del Sinaí, viene a advertir a la democracia muda o dormida que la venden por treinta dineros". 


El tratado
J.M. de Rosas - L.Castagnino
El 1º de mayo de 1865, Francisco Octaviano de Almeida Rosa (reemplazante de Paranhos e integrante del partido liberal brasileño), Carlos de Castro (canciller del gobierno de Venancio Flores) y Rufino de Elizalde (canciller del de Mitre) firmaron en la ciudad de Buenos Aires el tratado de alianza que permanecería secreto debido a sus comprometedoras cláusulas, el mismo es el siguiente: 

Art. 1. La República Oriental del Uruguay, Su Majestad el Emperador del Brasil, y la República Argentina contraen alianza ofensiva y defensiva en la guerra provocada por el gobierno del Paraguay.

Art. 2. Los aliados concurrirán con todos los medios de que puedan disponer, por tierra o por los ríos, según fuese necesario.

Art. 3. Debiendo las hostilidades comenzar en el territorio de la República Argentina o en la parte colindante del territorio paraguayo, el mando en jefe y la dirección de los ejércitos aliados quedan a cargo del presidente de la República Argentina y general en jefe de su ejército, brigadier don Bartolomé Mitre. Las fuerzas navales de los aliados estarán a las inmediatas órdenes del Vice Almirante Visconde de Tamandaré, comandante en jefe de la escuadra de S.M. el Emperador del Brasil. Las fuerzas terrestres de S.M. el Emperador del Brasil formarán un ejército a las órdenes de su general en jefe, el brigadier don Manuel Luis Osorio. A pesar de que las altas partes contratantes están conformes en no cambiar el teatro de las operaciones de guerra, con todo, a fin de conservar los derechos soberanos de las tres naciones, ellas convienen desde ahora en observar el principio de la reciprocidad respecto al mando en jefe, para el caso de que esas operaciones tuviesen que pasar al territorio oriental o brasileño. 

Art. 4. El orden interior y la economía de las tropas quedan a cargo exclusivamente de sus jefes respectivos. El sueldo, provisiones, municiones de guerra, armas, vestuarios, equipo y medios de transporte de las tropas aliadas serán por cuenta de los respectivos Estados.

Art. 5. Las altas partes contratantes se facilitarán mutuamente los auxilios que tengan y los que necesiten, en la forma que se acuerde.

Art. 6. Los aliados se obligan solemnemente a no deponer las armas sino de común acuerdo, y mientras no hayan derrocado al actual gobierno del Paraguay, así como a no tratar separadamente, ni firmar ningún tratado de paz, tregua, armisticio, cualquiera que ponga fin o suspenda la guerra, sino por perfecta conformidad de todos.

Art. 7. No siendo la guerra contra el pueblo paraguayo sino contra su gobierno, los aliados podrán admitir en una legión paraguaya a todos los ciudadanos de esa nación que quisieran concurrir al derrocamiento de dicho gobierno, y les proporcionarán los elementos que necesiten, en la forma y condiciones que se convenga.

Art. 8. Los Aliados se obligan a respetar la independencia, soberanía e integridad territorial de la República del Paraguay. En consecuencia el pueblo paraguayo podrá elegir el gobierno y las instituciones que le convengan, no incorporándose ni pidiendo el protectorado de ninguno de los aliados, como resultado de la guerra.

Art. 9. La independencia, soberanía e integridad territorial de la República, serán garantizadas colectivamente, de conformidad con el artículo precedente, por las altas partes contratantes, por el término de cinco años.

Art. 10. Queda convenido entre las altas partes contratantes que las exenciones, privilegios o concesiones que obtengan del gobierno del Paraguay serán comunes a todas ellas, gratuitamente si fuesen gratuitas, y con la misma compensación si fuesen condicionales.


Quitar a Paraguay la soberanía de sus ríos.

Art. 11. Derrocado que sea el gobierno del Paraguay, los aliados procederán a hacer los arreglos necesarios con las autoridades constituidas, para asegurar la libre navegación de los ríos Paraná y Paraguay, de manera que los reglamentos o leyes de aquella República no obsten, impidan o graven el tránsito y navegación directa de los buques mercantes o de guerra de los Estados Aliados, que se dirijan a sus respectivos territorios o dominios que no pertenezcan al Paraguay, y tomarán las garantías convenientes para la efectividad de dichos arreglos, bajo la base de que esos reglamentos de política fluvial, bien sean para los dichos dos ríos o también para el Uruguay, se dictarán de común acuerdo entre los aliados y cualesquiera otros estados ribereños que, dentro del término que se convenga por los aliados, acepten la invitación que se les haga.

Art. 12. Los aliados se reservan concertar las medidas más convenientes a fin de garantizar la paz con la República del Paraguay después del derrocamiento del actual gobierno.

Art. 13. Los aliados nombrarán oportunamente los plenipotenciarios que han de celebrar los arreglos, convenciones o tratados a que hubiese lugar, con el gobierno que se establezca en el Paraguay. 


uelven, queda establecido que los aliados exigirán del gobierno del Paraguay que celebre tratados definitivos de límites con los respectivos gobiernos bajo las siguientes bases: La República Argentina quedará dividida de la República del Paraguay, por los ríos Paraná y Paraguay, hasta encontrar los límites del Imperio del Brasil, siendo éstos, en la ribera derecha del Río Paraguay, la Bahía Negra. El Imperio del Brasil quedará dividido de la República del Paraguay, en la parte del Paraná, por el primer río después del Salto de las Siete Caídas que, según el reciente mapa de Mouchez, es el Igurey, y desde la boca del Igurey y su curso superior hasta llegar a su nacimiento. En la parte de la ribera izquierda del Paraguay, por el Río Apa, desde su embocadura hasta su nacimiento. En el interior, desde la cumbre de la sierra de Mbaracayú, las vertientes del Este perteneciendo al Brasil y las del Oeste al Paraguay, y tirando líneas, tan rectas como se pueda, de dicha sierra al nacimiento del Apa y del Igurey.

Art. 17. Los aliados se garanten recíprocamente el fiel cumplimiento de los acuerdos, arreglos y tratados que hayan de celebrarse con el gobierno que se establecerá en el Paraguay, en virtud de lo convenido en este tratado de alianza, el que permanecerá siempre en plena fuerza y vigor, al efecto de que estas estipulaciones serán respetadas por la República del Paraguay. A fin de obtener este resultado, ellas convienen en que, en caso de que una de las altas partes contratantes no pudiese obtener del gobierno del Paraguay el cumplimiento de lo acordado, o de que este gobierno intentase anular las estipulaciones ajustadas con los aliados, las otras emplearán activamente sus esfuerzos para que sean respetadas. Si esos esfuerzos fuesen inútiles, los aliados concurrirán con todos sus medios, a fin de hacer efectiva la ejecución de lo estipulado.

Art. 18. Este tratado quedará secreto hasta que el objeto principal de la alianza se haya obtenido.

Art. 19. Las estipulaciones de este tratado que no requieran autorización legislativa para su ratificación, empezarán a tener efecto tan pronto como sean aprobadas por los gobiernos respectivos, y las otras desde el cambio de las ratificaciones, que tendrá lugar dentro del término de cuarenta días desde la fecha de dicho tratado, o antes si fuese posible.

En testimonio de lo cual los abajo firmados, plenipotenciarios de S.E. el Presidente de la República Argentina, de S.M. el Emperador del Brasil y de S.E. el Gobernador Provisorio de la República Oriental, en virtud de nuestros plenos poderes, firmamos este tratado y le hacemos poner nuestros sellos en la Ciudad de Buenos Aires, el 1º de Mayo del año de Nuestro Señor de 1865.

También se firmó un protocolo adicional, también secreto, que establecía lo siguiente: 1) demolición de las fortificaciones de Humaitá; 2) desarme de Paraguay y reparto de armas y elementos de guerra entre los aliados; y 3) reparto de trofeos y botín que se obtuvieran en territorio paraguayo.

Fuentes:
- Castagnino L. 
Guerra del Paraguay. La Tripe Alianza contra los paises del Plata
- Rosa, José María – La Guerra del Paraguay y las montoneras argentinas – Buenos Aires (1985).
La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar














30.04.2014 | Balance de los avances y desafíos Expertos destacaron los logros agrícolas obtenidos en diez años





En 2014, la  producción de bioetanol será de  515 mil metros cúbicos repartida en cinco plantas, y la transformación del poroto de soja en expeller y aceite ha llegado a más de 400 empresas manufactureras instaladas en diez provincias distintas. Todo ese proceso de agregado industrial de valor a los productos primarios y la prosperidad del interior del país eran inconcebibles a fines de los años noventa, con los campos hipotecados. 
Diversos procesos económicos internacionales y políticas públicas generaron, en la última década, una transformación radical en la economía y permitieron por un lado industrializar el agro, y por otro aumentar los rindes y cambiar el perfil de especialización regional. Especialistas debatieron con Tiempo Argentino sobre las medidas y sus efectos en la economía.
Las medidas públicas han buscado potenciar los efectos positivos de los altos precios de la soja y los nuevos paquetes tecnológicos y menguar los daños colaterales sobre los pequeños productores y la desigual distribución de la renta.  Algunas de las más importantes fueron el tipo de cambio alto, la pesificación asimétrica, las retenciones móviles, la política biotecnológica y diversos programas de asistencia técnica y económica. 
El sector agropecuario cuando estalló la crisis había tomado créditos para adquirir los nuevos paquetes tecnológicos. En 2002, incluso con la mejora de los ingresos por la siembra al 1 a 1 y la cosecha luego de la devaluación, la morosidad del sector era del 53,7 por ciento. En 2013, por la bonanza económica la morosidad se hizo insignificante: sólo un 1% de las financiaciones del sector.
Esta mejora no sólo se debió a los mejores precios internacionales, sino también a la quita de deuda de la pesificación asimétrica, que permitió en conjunto la expansión del área sembrada, de 25,2 millones de ha sembradas en 2002-2003, a 34,6 millones de ha en 2012-2013. 
Los logros más importantes fueron los 210 kg de proteína animal anual de consumo por habitante, 4,63 millones de cabezas de ganado porcino, la triplicación de la producción de aves, 105,3 millones de toneladas de producción de granos en el 2013 y exportaciones de semillas por US$300 millones.
Algunos programas específicos para el sector fueron el Prohuerta del Ministerio de Desarrollo social y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), con 3,4 millones de beneficiados, programa Minifundio del INTA, destinado a 11.500 productores, y el Cambio Rural, que llegará este año a 30 mil productores.
Juan Manuel Villulla, sociólogo e investigador del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios, comentó que "al principio la soja creció desplazando a otros cultivos, y en los 2000 se intensificaron los rindes en la región pampeana". 
 Juan Miguel Massot, doctorado en Economía (Universidad de Buenos Aires) consideró que esto se debió a mayor productividad, y elogió las políticas de biotecnología: "Fueron acertadas en muchos aspectos, hoy el sector público y los privados nacionales generan mejoramientos de semillas, e incluso se está trabajando en modificación genética."  
Esto permitió un aumento de las exportaciones agropecuarias de US$ 16.475 millones a US$49.361 millones. Pero, al mismo tiempo resurgieron los viejos dilemas de la distribución de la renta de la tierra, que se cristalizaron en la puja por la Resolución 125 en 2007. 
Por su parte, Ernesto Mattos, economista del Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas (CEMOP), opinó que "hay que aumentar los derechos de exportación, que tienen un peso similar a las ganancias que pagan los trabajadores cuando deberían ser mucho más." Villulla, en cambio, optaría por retenciones escalonadas por escala "para dividir el frente antinatural entre la Sociedad Rural y la Federación Agraria."
En cuanto a las economías regionales, en 2013 se exportaron, por ejemplo, 312 millones litros, un 150% más que en 2003, aunque falta el agregado de valor de la materia prima. Según Massot, "los costos en dólares son altos, por lo que hay que reducir las cargas impositivas", mientras que Mattos apuntó a la falta de inversión. Uno de los ámbitos en los que los especialistas coinciden es en la necesidad de una Ley de Semillas. "Es necesario armonizar la regulación –opinó Massot– ayudaría a las universidades. Además, hoy muchos productores son considerados infractores de la ley, y quizás no deberían serlo."
En el único ámbito en el que los especialistas coincidieron es en el apoyo a la agricultura familiar, como la creación de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar y del Monotributo Social Agropecuario y el incentivo a la formalización del trabajo con el Estatuto del Peón Rural. Mattos, por su parte, defendió "la Reforma del Estatuto del Peón Rural, que bajó la informalidad 20 puntos porcentuales en un año y medio." «


Riego
La FAO y el Programa de Servicios Agrícolas del Ministerio de Agricultura organizaron ayer un seminario donde se abordó la temática del riego y la potencialidad Argentina en esa materia.


Cupos para exportar, a favor y en contra
Una medida que se tomó sucesivamente a partir de enero de 2006 es la del Registro de Operaciones de Exportación (ROE), un instrumento de registro y monitoreo de exportaciones de distintos productos. 
Los ROE rojos son aquellos que controlan las carnes, y los verdes refieren a productos agrícolas. Existe, además, un segundo objetivo relacionado con el control de las exportaciones y el abastecimiento doméstico a precios justos de productos alimentarios.
Massot opinó al respecto que "estas medidas son de corte coyuntural, por la crisis internacional, pero hay que desmantelarlas para exportar más y mejor. A la larga, esto afecta a los productores, que terminan cerrando, como en el caso del trigo."
Mattos, en cambio, sostuvo la defensa de "la mesa de los argentinos" y refirió al control de las exportaciones "estas medidas sirven para que se pueda chequear contra la declaración qué es lo que está saliendo por el puerto. Todo lo que permita una mejor fiscalización de los grandes exportadores concentrados debe ser bienvenido."

Escándalo en Uruguay: un ministro dijo que Sarmiento era "un grandísimo hijo de puta"

El ministro de Defensa de Uruguay, Eleuterio Fernández Huidobro, calificó de "grandísimo hijo de puta" al prócer argentino Domingo Faustino Sarmiento porque, recordó, instó a "matar gauchos diciendo que eran buen abono para las pampas".
En un discurso pronunciado ayer durante un acto en la ciudad de Piriápolis transcripto en el sitio "fmgente.com.uy", el funcionario uruguayo realizó un repaso por la historia rioplatense y tildó a los unitarios argentinos de "manga de sinvergüenzas".
En esa línea, se produjo el exabrupto sobre Sarmiento, de quien señaló que, además de haber fundado la escuela argentina, fue "un grandísimo hijo de puta" porque instó a "matar gauchos diciendo que eran buen abono para las pampas", tras lo cual advirtió que "la historia hay que darla completita". 
"La historia hay que darla completita", sostuvo el ministro uruguayo.

Fernández Huidobro participó ayer de un acto organizado por su sector, la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L), en Piriápolis, donde brindó un discurso a favor de la descentralización territorial y poblacional de Uruguay.

PD DEL BLOGUERO...Y SI ES COMO DICE EL AMIGO....LA HISTORIA HAY QUE CONTARLA COMPLETITA.
SARMIENTO FUE UN BARBARO.
GB

POLÍTICA • Pablo Moyano • Miércoles 30 de Abril de 2014 | 19:50 Hugo Moyano dijo "están preparados para la guerra" por el conflicto con la basura

El jefe de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, advirtió hoy que el gremio de Camioneros "está preparado" para defender todos los puestos de trabajo si el gobierno nacional "quiere guerra" en el conflicto por la municipalización del servicio de recolección de residuos en Quilmes.
"Que sepa el gobierno que si quiere guerra los camioneros estamos preparados y que vamos a defender hasta los últimos puestos de trabajo. No me interesa que quieran joder a Moyano, yo me la banco, no soy un cagón como son ellos", aseveró.
"A mí me apresaron en la dictadura mientras ellos se escondían y si el gobierno nos declara la guerra los camioneros estamos preparados", sostuvo.
Moyano hizo estas declaraciones durante el plenario de secretario generales de la CGT Azopardo y la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo.
"Que sepa el gobierno que si quiere guerra los camioneros estamos preparados y que vamos a defender hasta los últimos puestos de trabajo".

Más temprano, su hijo y secretario general adjunto del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, denunció que la municipalización del servicio de recolección de basura en Quilmes es parte "del ataque permanente que está teniendo nuestra organización sindical a través de la señora presidenta y el ministro (Carlos) Tomada".
"Este es un avance más para tratar de destruir nuestra organización", aseveró el gremialista en declaraciones radiales.

◄ Por Martín Piqué Respuesta a Moyano: "¿Cómo un dirigente va a plantear la muerte?"


En su trayectoria también hubo un capítulo de tragedia y dolor: su hermano, el subcomisario Mario Gutiérrez, fue asesinado en 1994, mientras investigaba una pista del narcotráfico vinculada a la "aduana paralela". Con esa historia familiar tan pesada, el intendente de Quilmes recibió con preocupación y cierta sorpresa las declaraciones del secretario adjunto del gremio de choferes de camiones (Sichoca).
–¿Cómo recibió las declaraciones de Pablo Moyano?
–Como dirigente sindical, a mí nunca se me ocurriría decir, en una situación supuestamente de conflicto, que hay que llevar a los trabajadores a la muerte. Es una barbaridad desde todo punto de vista. Y es algo que nunca podemos plantear nosotros, los dirigentes de los trabajadores, con la historia de nuestro país. ¿Cómo vamos a plantear la muerte?
Nosotros no tenemos ninguna actitud de perjudicar a los trabajadores. Queremos que el municipio garantice un mejor servicio, estabilidad a los trabajadores en el Estado y un salario acorde para choferes y recolectores.
–La decisión de municipalizar el servicio, ¿implica bajar sueldos o reducir los empleos?
–Nosotros conocemos algunas cuestiones internas de Covelia, como lo que están cobrando. Porque acá en Quilmes hay operarios que están trabajando desde antes de que se privatizara el servicio. Pero lo que está en discusión es otra cosa. Es la responsabilidad del municipio de garantizar a los vecinos un mejor servicio de recolección y mejor limpieza en el distrito. La empresa (Covelia) ha venido manifestando muchísimas deficiencias, y lo saben muy bien los trabajadores y el sindicato. Covelia no ha querido invertir, no ha querido llevar adelante un buen servicio, mientras que ha defendido un costo altísimo. A partir de ese escenario es que nosotros decidimos que la mejor opción era que el municipio, que el Estado, recuperara el rol de garantizar a los vecinos una recolección y un servicio de medio ambiente más eficiente.
--¿Cuánto es lo que gana hoy de bolsillo un recolector de residuos de Covelia?
–Hay distintas categorías. Pero aproximadamente están entre 7 mil, 8 mil pesos y 10 mil, 11 mil pesos los choferes. También hay que ver la nocturnidad, la cantidad de días, las horas extras. Pero estamos hablando de los salarios básicos.
–¿Y los trabajadores quieren, permanecer en Camioneros o pasar al sindicato de municipales?
–Los trabajadores necesitan estabilidad, el salario y la continuidad de los puestos de trabajo, y esas tres cosas, a todo aquel que quiera trabajar, nosotros se las garantizamos. No estamos en una actitud ni de despidos, ni de dejar gente en la calle, ni de bajar los salarios, como se dijo. Queremos sostener un servicio y hacerlo de forma colectiva. «

Unanimidad
"En el Concejo Deliberante se aprobó por mayoría absoluta darle al municipio la potestad de recuperar el rol administrador y gerenciador del servicio de recolección."
 

Leemos en Ramble Tamble a propósito del 1 de Mayo

stp la nueva cgt!

El Evita a través de la CTEP marchará por el 1 de mayo hasta el Ministerio de Trabajo

Las transformaciones en la estructura social iniciada a mediados de los años 70 con la última dictadura y solo amortiguadas y revertidas en parte por el despliegue del proyecto kirchnerista a partir del año 2003, promovió y promueve efectos de notable perdurabilidad y contundencia.
Uno y solo uno de estos efectos es el sostenimiento de la matriz productiva con su impronta de desindustrialización y consecuentemente de fragmentación del mercado de trabajo, zurcado por heterogeneidades muy diversas y compuesto por sujetos allí constituídos portadores de diversos saberes laborales y atributos de empleabilidad. 
Leemos respecto a la aparición en la escena pública - más allá de las divertidas pujas por la ganancia de poder interno, tradicional en los procesos populistas - , de un fenómeno típico cuyas condiciones materiales de existencia hay que buscarlas en  las transformaciones en la estructura productiva y el mercado de trabajo acontecida en las últimas décadas.

Transformar este "emergente" organizado en un "modelo" de organización, es otra discusión que excede el marco de este post, por suerte. Leemos en Letra P: 
Las cooperativas que responden al Movimiento Evita marcharán hasta el Ministerio de Trabajo para celebrar el día del trabajador y con una serie de reclamos. Desde la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que funciona como articulador del Evita, buscarán el reconocimiento al sindicato de trabajadores populares y la apertura de paritarias al sector, con una gran marcha. Asistirán legisladores kirchneristas que forman parte de una de las agrupaciones más duras del UyO.
Según se informó la movilización partirá desde la Carpa Villera instalada en el Obelisco hacia el Ministerio de Trabajo, en la Capital Federal. El motivo, además de la celebración del día del trabajador, también se encuadra en el reclamo para que se le otorgue el reconocimiento al sindicato de trabajadores populares y que se abran paritarias populares en todo el país.
Uno de los que ya confirmó presencia es el legislador porteño y ex canciller, Jorge Taiana. “En la Argentina hay, aproximadamente, dos millones y medio de trabajadores que no están formalizados” dijo el legislador entre los que incluyó a quienes “trabajan en cooperativas, asociaciones de hecho, en el campo, cooperativas de infraestructura social, empresas recuperadas, trabajadores de la vía pública, artesanos, paseadores de perros, o aquí en la ciudad como cartoneros”.
En una misiva, Taiana fundamentó que dichos trabajadores –los cuales varios integran el CTEP- “han quedado fuera del sistema de legalidad laboral y sin la protección de los derechos básicos”.
Si bien, desde el Movimiento Evita reconocen la gestión de Carlos Tomada al frente del Ministerio de Trabajo de la Nación y la legitimidad hacia este tipo de trabajadores, también asumen que “falta que se le dé el reconocimiento gremial” a quienes son la fuerza de trabajo de la economía popular.
En esta cruzada el Movimiento Evita no cuenta, a priori, con el acompañamiento de las demás fuerzas que integran el colectivo de Unidos y Organizados.
El domingo pasado, después del plenario de la militancia en el Mercado Central de La Matanza desde UyO se definió, entre otras cosas, realizar plenarios en todo el país para debatir la sucesión de CFK. Se espera que el 25 de mayo haya una gran movilización a Plaza de Mayo para celebrar un nuevo aniversario de la asunción de Néstor Kirchner en la presidencia. En ese evento -en el que se conjetura con que Cristina sea la oradora principal- sí volverá todo el colectivo cristinista en formato de Unidos y Organizados.

El historicismo revisionista como fenómeno histórico cultural*


“Toda la historia es nuestra historia. Todo el pasado es nuestro pasado. Aunque a veces preferimos quedarnos con solo una parte de ese pasado, seleccionando ingenua o engañosamente una época, una línea, unos personajes, y queriendo eludir tiempos, ignorar hechos y omitir actuaciones”. 
Gustavo Francisco Cirigliano 

“Que no te cuenten los libros, lo que está pasando afuera…”
Joan Manuel Serrat

Por Francisco José Pestanha **

Si definimos al arte como destreza, reproducción de objetos, construcción de formas, expresión de sentimientos, de experiencias y de creatividad, cierto es que, en toda comunidad humana, encontramos cuantiosas manifestaciones que encuadran en tal definición. Cabe establecer una diferencia entre este concepto y el de “cultura”: este último suele abarcar el conjunto de prácticas humanas, económicas, políticas, científicas, jurídicas, religiosas, discursivas, comunicativas y sociales de los integrantes de una comunidad, y los valores y significados que estos atribuyen a esas prácticas. La cultura puede ser también definida como el conjunto de producciones materiales (objetos) y no materiales (signos, significados, normas, creencias y valores) de una sociedad determinada.

La cultura popular suele instituirse como expresión creativa colectiva de una comunidad (pueblo) determinada, la que según definición del el filósofo Carlos Astrada , constituye “…una unidad de destino prospectiva, dinámica, deviniente en pos de estructuras que lo interpreten y le dan forma consistente de comunidad histórica, de fines claramente marcados y de medios excogitados con acierto. El pueblo cuando existe políticamente de verdad, es siempre la evolución o la revolución económica, social y política y así crea sus propias estructuras, dentro de las que ha de encauzar su vida y sus realizaciones".

Por su parte, el conjunto de los acontecimientos que componen el devenir de los colectivos humanos suele abordarse desde el presente y expresarse a partir de narraciones y relatos que se transmiten mediante la simple tradición oral o escrita, y que además, circulan por las instituciones y ciclos educativos. La transmisión institucionalizada de estos relatos - entre otros – tiene como objetivo no solo el de rememorar un pasado que forma parte de la identidad común sino también el de contribuir a procesar y elaborar esa experiencia combinada, en función del desarrollo del presente y del de destino particular de cada pueblo. 

La labor del historiador “profesional” consiste en hurgar lo más profunda y honestamente posible en estos acontecimientos, para posteriormente volcarlos en una crónica que debe aspirar a lograr el mayor sustento en la realidad observada y la mayor fidelidad posible respecto a los procesos pretéritos de los que intenta dar cuenta. Para tal faena el historiador se vale de la ciencia y el método históricos. En ese orden de ideas no puede dejar de observarse que la “objetividad absoluta” resulta un imposible teórico, ya que los seres humanos somos prisioneros de nuestra propia subjetividad. En síntesis: la producción historiográfica nunca es aséptica. Aunque una de las funciones principales de academias y universidades es obtener la máxima asimilación entre relato y verdad, ciertos preceptos, presupuestos y -por qué no- prejuicios, nutren al historiador y determinan su obra.

El revisionismo histórico, o más precisamente el historicismo revisionista, constituye un genuino y auténtico fenómeno cultural en el más amplio sentido de la palabra. Esta corriente historiográfica que ha sido obliterada, impugnada y desconocida sistemáticamente por gran parte de nuestras instituciones académicas, ha resurgido en estos tiempos con notable vitalidad. Se trata de una auténtica manifestación de resistencia contra una superestructura académico-intelectual a partir de la cual, según los principales exponentes revisionistas, se privó a los argentinos de información vital respecto a ciertos aspectos esenciales y significativos de nuestro transcurrir histórico. 

Bien vale apelar a un simple ejemplo para dar cuenta de este fenómeno. Fermín Chávez, uno de los mayores representantes del historicismo revisionista clásico, nació en 1924 en un pequeño caserío rural llamado “el Pueblito” a poco más de 20 kilómetros de Nogoyá, en la provincia de Entre Ríos. En el ámbito familiar el joven Fermín mamó un relato histórico oral vinculado a las hazañas de Ricardo López Jordán, destacado caudillo popular entrerriano de amplio predicamento en el interior de la provincia (el mismísimo José Hernández militó entre sus filas). Pero en la escuela pública normalista, a Chávez le fue impartida una narración en la que Jordán aparecía como una figura marginal asimilada a un gaucho matrero, indómito y negador de las leyes y el orden; en el mismo relato, Justo J. Urquiza era erigido como el auténtico prohombre provincial. Esto sucedió no solo en Entre Ríos: en muchas provincias argentinas se dieron situaciones similares. Fermín Chávez confesó, en alguna oportunidad, que esta disociación determinó en él una manifiesta contradicción y lo llevó a investigar la vida y obra de Jordán. 

La prolija y puntillosa investigación de Chávez concluyó en una obra que marcó un antes y un después en la historiografía entrerriana: “Vida y muerte de López Jordán” . Fermín Chávez -según me confesó en alguna oportunidad- jamás intentó con su obra negar la trascendencia de Urquiza ni la de otros próceres consagrados en aquellos tiempos por el panteón oficial. Simplemente intentó poner las cosas en su lugar. Según sus propias palabras, otros revisionistas fueron guiados por motivaciones similares a las suyas, asumiendo la labor de objetar ciertos aspectos de construcción historiográfica que negaban o desconocían puntos reveladores del devenir histórico de sus respectivas provincias. 

Nuestra América posee una vasta tradición en materia de resistencia cultural. Resultaría imposible dar cuenta en este breve texto del cúmulo de presupuestos teóricos y fácticos que sostienen tal afirmación. Esta matriz resistente se manifestó en numerosas oportunidades y a través de diversas estrategias, como por ejemplo las desarrolladas primero por las particularidades culturales que componían nuestra América ante la expansión española, y posteriormente por el componente indo–hispano-criollo contra la tentativa de a-culturización representada por los imperios europeos emergentes a partir de la descomposición del español. El historicismo revisionista, en cuanto corriente historiográfica, se nutrió de esa matriz resistente y se manifestó como reacción contra el relato histórico parcializado, de características opresivas y alienantes, impuesto de facto a consecuencia del resultado de las guerras civiles. 

El revisionismo, entonces, se erigió como uno de los componentes constitutivos de una resistencia cultural de orientación nativista que intentaba rebelarse contra las tentativas de a-culturización impulsadas desde las superestructuras de un Estado centralista y de una estructura social dominada por la oligarquía terrateniente: su poder, consolidado después de Caseros y Pavón, se sustentaría en una alianza económica y simbólica de carácter asimétrico con Gran Bretaña. 

Resistencia y cultura popular

Aunque algunos revisionistas clásicos suelen señalar a Adolfo Saldías como el precursor de esta corriente, el historicismo revisionista no admite padrinazgos ya que la resistencia tiene un solo protagonista: la comunidad, el pueblo, en cuanto ente orgánico. Admitir padrinazgos sería un craso error de sesgo iluminista e individualista. No obstante merecen citarse, entre otras figuras que descollaron durante el siglo pasado, Carlos Ibarguren, Dardo Corvalán Mendilaharzu, José Luis Busaniche, Manuel Gálvez, Manuel Ugarte, Ernesto Palacio, Julio Irazusta, Rodolfo Irazusta, José María Rosa, Juan José Hernández Arregui, Rodolfo Puiggrós, Salvador Ferla, Jorge Abelardo Ramos, Norberto Galasso, Fermín Chávez, Luis Alén Lascano. 

Si bien en la actualidad las narraciones históricas que circulan por los ámbitos escolarizados han incorporado ciertos procesos y protagonistas relevantes de nuestro pasado antes no difundidos ni analizados, aún siguen apareciendo notables recortes, en especial en lo que refiere a la realidad prehispánica. Prejuicios iluministas, aspiraciones narcisistas y conductas conformistas –entre otros factores- han generado un combo inaudito que ha alejado y aún aleja a muchos historiadores profesionales del sentir y del saber popular. 

Algunos ingenuos opinan que el historicismo revisionista o el revisionismo se ha realimentado últimamente por impulso de dos o tres individuos que pretenden volver a instalar esta corriente como forma de adquirir notoriedad individual, de instalarse en los medios, o de justificar determinados aconteceres políticos. 
Es evidente que nada entienden. 

Desafiamos a historiadores profesionales y a “revisionistas oscilantes y oportunistas” a recorrer el país e investigar seriamente. Así podrán observar los miles de obras y de trabajos históricos extra académicos que se han escrito y que han estado circulando en nuestras provincias en estos últimos quince años, y podrán darse cuenta de que el resurgimiento del historicismo revisionista constituye un movimiento de abajo hacia arriba. Se trata de un fenómeno popular. En palabras de Hernández Arregui, podría decirse que el revisionismo no admite “Mandarines” del saber histórico. 

En la actualidad el revisionismo historicista ha adoptado múltiples y variadas formas a través de trabajos difundidos en la red, de millares de conferencias y textos que se publican a diario por fuera del circuito comercial o académico, de formatos audiovisuales incorporados recientemente. Existe una nutrida producción histórica en especial sobre nuestros primeros habitantes: y hago hincapié en la palabra “histórica” ya que “nuestros paisanos los indios” -al decir de José de San Martín- eran y son sujetos históricos vitales aunque algunos todavía lo nieguen, y por lo tanto el relato histórico debe extenderse hasta los confines del poblamiento americano. Afortunadamente, en nuestra América nos hemos dado cuenta de que la historia anterior a la expansión europea es un tema central que no podemos dejar solo en manos de antropólogos influidos por un positivismo eurocentrista.

Como fenómeno histórico cultural el historicismo revisionista ha obtenido certeras conquistas. Entre ellas, la de poner en cuestión una visión escolarizada de la historia que durante mucho tiempo ha vinculado el protagonismo histórico a las capacidades o cualidades congénitas de ciertos individuos, a quienes se les ha asignado estatus de próceres y a quienes se ha colocado en un panteón inalcanzable e incuestionable. Pero el historicismo revisionista también ha sometido a debate aquellas perspectivas históricas que se concentran exclusivamente en el sistema de relaciones de clase, adjudicando a las clases sociales propiedades determinantes y excluyentes en la dinámica histórica. Ambas posiciones extremas empobrecen la interpretación y la comprensión en profundidad de la historia de nuestro país y de nuestra América, y como tales, en buena hora han sido revisadas críticamente.

El revisionismo nunca reclamó para sí un lugar en las academias ni en las Universidades ni en las instituciones. Muy por el contrario, como corriente crítica inmersa en la cultura popular, sigue optando por preservar la libertad, el sentido crítico y el sentido común (no en términos gramscianos sino jauretcheanos). Así como la cultura popular no admite ser institucionalizada, el auténtico revisionismo tampoco. Ello no impide que, por su importancia, esta corriente deba ser incorporada al saber universitario como objeto de estudio, tal como lo hace la Universidad Nacional de Lanús.
No cabe duda de que el resurgimiento del revisionismo en el siglo que transitamos presupone que todavía existen razones para resistir. Esta resistencia no solo opera contra los contenidos del relato histórico determinado por diversos componentes ideológicos, sino también contra ciertas enunciaciones que, bajo una aparente asepsia científica, esconden nítidamente determinaciones de tipo ideológico.

Por suerte, en los últimos tiempos se ha tomado conciencia de que la narración histórica no puede estar exclusivamente a cargo de algunos “expertos” escudados en una metodología vetusta y a-histórica nutrida por prejuicios cientificistas, eurocéntricos, con componentes mecanicistas. La ciencia histórica, aún considerando extracientífica la producción del historicismo revisionista, no puede seguir ignorándola como ha hecho durante tanto tiempo. Es más, debe reconocer públicamente esta falencia. 

Ignorar o menoscabar la producción revisionista es un acto reprobable porque, como he dicho en más de una oportunidad, la historia como devenir de la experiencia colectiva es esencialmente proceso social y, como tal, objeto de análisis científico. Más aún aun cuando realizaciones tales como el revisionismo han nutrido y siguen nutriendo los fenómenos políticos más relevantes de nuestra historia reciente.

* Publicado en “Antología del Bicentenario”. Unión para el Personal Civil de la Nacion. UPCN. 2014

** Francisco José Pestanha es escritor y ensayista. Profesor Titular Ordinario del Seminario Pensamiento Nacional y Latinoamericano en la Universidad nacional de Lanús.